Papá No Soy Un Error

LIII

—¿Estás bien?

—Sí, sí, sólo... Las visitas de mis padres siempre me perturban un poco.

—Lo noto, te ves muy pensativo.

—Lo siento.

Alex se acercó a él, que estaba sentado en una silla. Habían terminado de cenar y Luz estaba durmiendo en su coche. Matthew lo miró curioso, y el rubio apoyó una de sus manos en la mejilla de él.

—Todo estará bien.

—Lo sé.

—Es bueno saber que estás tan optimista —sonrió.

Matthew lo tomó de las caderas y lo acercó más a él, separando los muslos para tenerlo lo más cerca posible de su cuerpo. El rubio pasó sus brazos hacia atrás del cuello de Matthew, y se agachó para poder besarlo, siendo correspondido por el castaño.

Desde que estaban viviendo juntos, y Alex le había pedido esperar para tomar la decisión de darle o no una oportunidad a Matthew, ésta era la primera vez que tenía ganas de estar con él.

Matthew le estaba demostrando de a poco que había cambiado, que en verdad quería estar con él. La bebé ya no tomaba el pecho tan seguido, y como había agarrado también el biberón, ya no hacía falta que Alex tuviera que vestirse de mujer para salir.

Ahora los tres salían a dar paseos como una familia, sin tapujo alguno... Hasta se había sorprendido por la actitud del castaño, al mostrarse tan tranquilo con él de la mano por la calle.

—Alex —pronunció en un tono bajo, acariciándole las caderas, dirigiendo sus manos hacia el trasero de él.

—¿Qué pasa? —sonrió contra sus labios, robándole cortos besos, para dirigirse luego a su mejilla, bajando por su cuello.

—¿Hasta donde quieres llegar? —pronunció en un tono gutural, con los ojos cerrados.

—Mm ¿Hasta tu cama? Porque la mía está al lado de la cuna de Luz —sonrió travieso, separándose un poco de él para mirarlo a los ojos.

—¿Hablas en serio?

—Sí —sonrió.

—De acuerdo, acuesto a la bebé y voy —le dijo entusiasmado, sonriendo—. Tú ve a prepararte.

—Está bien —pronunció divertido, mientras se le escapaba una risita al ver el entusiasmo en la mirada de Matthew.

Sí, el castaño llevaba meses sin tener sexo, y la emoción se le notaba tanto.

***

Matthew giró su cabeza y observó a Alex, que estaba mirando el techo, como él hacía segundo atrás.

—Em... ¿Estás bien?

—Sí.

Lo miró y se lamió el labio inferior. Okay, era raro para él compartir la cama con alguien más, siempre había tenido encuentros de una noche, no había tenido muchas relaciones en su vida.

Alex lo miró y Matthew se acercó más a él.

—¿Te abrazo?

—Creo que eso no se pregunta —sonrió con cierta diversión.

—Ven.

Separó sus brazos y Alex se acercó a él, siendo abrazado por el castaño, escuchando su corazón ya más calmo. Sonrió suavemente y cerró los ojos, abrazando a Matthew.

—¿En qué piensas, Matt?

—¿Fui muy brusco?

—Mm, no, estuvo rico.

—Sabes, no creí que mi mamá tomara tan natural tu imagen, y el hecho de que nosotros fuéramos pareja —le contó en un tono bajo, mientras le acariciaba suavemente la espalda—. Pero hay algo que no me gusta.

—¿Por qué desconfías tanto de ellos?

—Porque los conozco, Alex, porque sé que detrás de esa sonrisa falsa de hoy, hay algo más. No sé realmente que están buscando, pero ellos no son buenos.

...