Debía hablar con una compañera sobre un trabajo, cuando vio como Alex se dirigía al hospital universitario. Frunció el ceño y decidió seguirlo. Le había dicho que era mentira lo del sida, pero el rubio concurría siempre al hospital, y la última vez que lo había visto, se veía muy pálido, con grandes ojeras... Hasta parecía que había bajado de peso.
Y aunque él se había realizado los exámenes y dieron negativos, a veces la enfermedad no salía en la primera etapa.
Lo siguió por los pasillos, observando los consultorios, y lo vio esperar frente al de ecografías. Estaba dispuesto a acercarse a él y preguntarle que tanto hacía todos los días en el hospital, cuando una doctora salió del consultorio y le dijo que entrara.
Cuando el rubio entró, Matthew rápidamente fue hasta el consultorio y se quedó del otro lado de la puerta, con la intención de escuchar algo. Pero en el hospital había tanto bullicio, que era casi imposible.
Frustrado, bajó suavemente el picaporte, y abrió un poco la puerta, pudiendo escuchar finalmente de lo que hablaban.
—Sí, tal vez podamos saberlo.
—Yo creo que será un niño, lo siento —sonrió Alex.
Oh ¿Tú querías un niño, papi? ¡Ay no!
—Pues si él bebé lo permite, podremos verlo. Acuéstate en la camilla mientras preparo todo para la ecografía.
—¿Y Cata? Hace unos días no la veo.
—Fue a visitar a sus papás, ya para el domingo regresa.
—Oh, entiendo —pronunció acostado en la camilla, levantándose la camiseta.
Al escuchar de lo que estaban hablando, aún aturdido, abrió más la puerta, asomándose levemente por la abertura, observando a Alex acostado en la camilla y a la doctora de espalda a él, por lo que no podían verlo.
—Ahí está su corazón, latiendo perfecto —sonrió la doctora.
—Se escucha muy fuerte —sonrió Alex, mirando el monitor.
Matthew entró lentamente al consultorio y observó el monitor, viendo la imagen... ¿Entonces era verdad? ¿Alex estaba esperando un bebé? ¿Pero...?
—Oh, está con las piernitas cruzadas —rio la doctora—. Creo que no quiere que sepan aún que será.
—Ay no puede ser. Vamos bebé, mueve las piernitas, déjate ver —pronunció el rubio tocando su panza..
N-No, papi... Te vas a decepcionar.
—A ver si presiono un poco, por ahí mueve las piernas —le dijo Marina, presionando el transductor.
No me gusta eso, pa.
—Acaba de patear —rio el rubio, apoyando su mano sobre el costado de su vientre—. Okay, okay, no seguiremos intentando.
—¿C-Cómo... Puede ser posible?
La doctora se giró al escuchar que alguien hablaba detrás de ella y observó preocupada al muchacho que estaba allí.
—M-Matt —pronunció asustado Alex, sentándose rápidamente en la camilla, bajándose la camiseta.
—E-Es verdad, tú estás e-embarazado.
—¿Él es el otro progenitor del bebé? —preguntó Marina cerrando la puerta, preocupada.
—¡¿Pero qué demonios eres, fenómeno?! —le gritó acercándose a él, furioso—. ¡¿Qué mierda eres, anormal?!
Alex cerró los ojos con temor y se cubrió el vientre, temblando al sentir que Matthew estaba parado frente a la camilla. Marina se apresuró a llegar a ellos y se puso frente el cuerpo del rubio.
—Ey ¿Pero qué te pasa? ¿Te parece que ese es el modo de hablar en una situación como esta?
—¡Sí! ¡Me parece! —exclamó con rabia—. Es un hombre ¡Un hombre! ¡¿Cómo puede ser que esté-?!
—¡Cierra la boca! —le gritó Marina, mirándolo con el ceño fruncido—. Ni se te ocurra a decir una palabra de lo que viste aquí. Claramente a ti no te interesa lo que pase con la criatura, pero a nosotros sí.
Apretó los puños, miró a la doctora y después a Alex.
—Yo no me pienso hacer cargo de esto, no te pienso dar un puto centavo. ¡No pienso gastar nada en dos fenómenos!
Papi no nos quiere.
—¡Yo no quiero nada de ti! —le gritó Alex juntando valor—. ¡Nada! ¡Tú no tienes nada que ofrecer más que dinero! ¡Más que golpes y malos tratos! ¡Puto reprimido!
—¿Cómo mierda me llamaste? —preguntó con rabia, dirigiéndose a él con los puños cerrados.
—Puto reprimido —repitió.
Papi no seas inconsciente.
—Ey, ey, alto ahí —le dijo Marina deteniéndolo, apoyando ambas manos sobre el pecho de Matthew—. ¿No te das cuenta que no podría defenderse? Qué no sólo está llevando un bebé ¿Sino que también es más pequeño que tú?
—Tú llegas a decir lo que hicimos ¡Y juro que te asesino! ¡Juro por Dios que te mato! —exclamó amenazante, antes de salir del consultorio, dando un portazo.
La doctora suspiró y observó a Alex, que aún seguía sentando en la camilla, con los ojos llenos de lágrimas. Tremendo idiota con el que había engendrado al bebé.
—Alex.
—E-Estoy bien —susurró, con una mano en su vientre y la otra secando sus lágrimas—. Cada vez que nos vemos, es lo mismo. Ese tipo me odia. Nos odia.
...

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Papá No Soy Un Error
Fiksi RemajaHistoria Mpreg... Si no te gusta este tipo de narrativa, te aconsejo no entrar ❤️❤️