"—¿Señor Collins?
—Sí, habla Matthew Collins —pronunció indiferente.
—Estamos trasladamos de urgencias a su hijo. Tuvo un accidente automovilístico.
—¡¿Q-Qué?! ¡¿Cuál es el reporte?! ¡¿Cómo se encuentra él?! —preguntó completamente alterado, nervioso al recibir aquella llamada.
—Fue embestido por un auto, la ambulancia estará llegando en cinco minutos.
—¡¿Pero cómo está Samael?!
—¿Samael? No señor Collins, estamos hablando de su hijo Ramsés Collins. En su-
—Ah, okay —la interrumpió, recuperando la calma—. De acuerdo, me iré a preparar para recibirlo —pronunció antes de cortar y tomar el teléfono para hablar con su secretaria—. Helena, llegará una ambulancia con Ramsés, que tuvo un accidente, que el equipo esté preparado para recibirlo."
Observó las radiografías, viendo que tenía una fisura en el hueso frontal, el hombro derecho dislocado, y comprometida una de sus piernas, pero nada realmente grave. El jovencito la había sacada barata, sólo que ahora tendría que ir a su graduación con su pierna enyesada.
Observó al médico que lo estaba atendiendo salir de la habitación, y entró él. Ramsés al verlo, desvió la mirada, girando la cabeza en dirección contraria.
—No sé porqué me trajeron aquí, pensé que me llevarían a la clínica del abuelo —murmuró—. Lamento todo esto.
—Te trajeron aquí porque eres mi hijo, no de ese viejo idiota —le dijo serio—. Pero eso ahora es lo de menos ¿Cómo fue que chocaste?
—No fue mi culpa, me chocaron desde atrás, creo que el tipo estaba ebrio o algo así.
—Que te hayan dado un auto fue una locura, recién tienes dieciocho. Tuviste suerte esta vez.
—Ni que yo lo hubiese ocasionado —pronunció con molestia, mirándolo—. Ya te dije que no fue mi culpa, él me chocó a mí, no al revés. Fue un maldito accidente.
Matthew lo observó, y se vio reflejado a él mismo a su edad, recordó el accidente que había tenido también en auto cuando Alex estaba embarazado de Luz... Alex, si no fuera por él, ha saber cómo hubiese terminado.
—Lo siento, tienes razón. Y no creas que te estoy atacando, es sólo que me preocupé.
—Seh, claro —murmuró.
—Ramsés, sé que no es el momento para hablar, pero no es como si tuviéramos oportunidades para hacerlo tampoco.
—No finjas ahora que te importo sólo porque tuve un accidente. ¿Qué es lo que tienes, Matthew? ¿Cargo de consciencia porque pude haber muerto?
—No, porque al verte, me veo a tu edad. Porque acepto que me equivoqué al haberte alejado de mi, al no haber estado presente en tu vida. Porque sé que fui una basura contigo por haberte despreciado por culpa de tu madre.
—No metas a mi mamá en esto —pronunció con rabia—. Ella también tuvo que padecer tu desprecio, tu odio ¡Ella siempre tuvo que hacerse cargo sola de mí! Fue la única que estuvo a mi lado cada vez que terminaba internado por el asma.
Matthew se acercó a la camilla, y se sentó en el borde, mirándolo.
—Tu madre me engañó, Ramsés, no es ninguna santa. Nosotros sólo había tenido un encuentro casual, nada más, y ella quedó embarazada de tí. Yo estaba cursando el tercer año de medicina, y ella estaba estudiando enfermería, en segundo año. Vino a mí a decirme que estaba embarazada y que no quería tener un bebé, y yo estuve de acuerdo con eso, porque no éramos una pareja, y sobre todo, ninguno de los dos estaba preparado para ser padres.
—Claro, conmigo no estabas preparado para ser padre, pero con tu adorada hija Luz sí.
—No, te equivocas, yo tampoco quería a Luz en mi vida, porque yo no quería tener hijos. Pero la diferencia entre tu mamá y el papá de Luz, es que él no me engañó como tu madre. Ella me dijo que te abortaría, incluso me hizo pagarle el aborto en una de las mejores clínicas de la ciudad. Yo no supe de tu existencia hasta dos días después de que nacieras, cuando ella me llamó y en forma de burla, me dijo que habías nacido. Tú madre lo único que hizo fue embarazarse para poder vivir a costa de mi dinero. Gracias a eso, tuve que empezar a trabajar para poder pagar la manutención que ella me demandaba. Y mientras a ti te pasaba nueve mil dólares al mes, a Luz sólo podía darle dos mil dólares. Su padre nunca dependió económicamente de mí, él dejó sus estudios para poder trabajar y ambos mantener a la bebé.
—¿Y yo que culpa tenía de eso, eh? ¡¿Qué culpa tenía?! ¡Lo único que siempre quise fue tener un padre! —le gritó con lágrimas en los ojos—. ¡¿Por qué no podías quererme?! ¡¿Por qué, Matthew?! Siempre le diste todo a Luz, todo tu tiempo, tu amor, tu cariño, todo, y a mí nada. ¿Sabes que le pedía a Santa hasta los ocho años? ¡Qué tú pasaras una maldita navidad conmigo! ¡Que al menos me llamaras por teléfono en mi cumpleaños!
Giró su cabeza, quebrándose al recordar su niñez, y lloró de rabia.
—Ramsés.
—Eres una completa mierda, Matthew, una basura. Llama a mi mamá, me quiero ir de aquí, que me lleven a la clínica de mi abuelo, no quiero estar cerca tuyo ni sentir que te debo algo.
Matthew se puso de pie y lo abrazó, sintiendo como Ramsés forcejeaba, hasta que se detuvo, llorando.
—Sé que no me alcanzará la vida para pedirte perdón, Ramsés, que el tiempo no puede volver atrás, y que te fallé —le dijo en un tono bajo—. Pero si aún quieres, y me lo permites, me gustaría estar contigo y acompañarte a partir de ahora. Yo estoy arrepentido por como actué contigo. Y tienes razón, tienes mucha razón, fui un hijo de puta, te culpé a ti por lo que hizo tu madre, te fallé cuando más me necesitabas, no estuve en tus momentos más importantes, pero si me lo permites, estaré en tu vida ahora.
Ramsés negó con la cabeza, llorando en silencio, sin corresponder a su abrazo. Sus palabras no sanaban dieciocho años de desprecio y abandono ahora.
...
Porque querían saber de ellos ❤️
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Papá No Soy Un Error
Teen FictionHistoria Mpreg... Si no te gusta este tipo de narrativa, te aconsejo no entrar ❤️❤️
