VII

10.8K 1.1K 132
                                        

Era la primera vez que se encontraba con un caso como el de Alex, pero era tan fascinante. Ella sería la primera doctora en traer al mundo a un niño nacido de un hombre biológico.

Esperarían a qué Alex entrara en el tercer trimestre, para poder realizarse una resonancia y conocer mejor el organismo del jovencito. Ella quería saber que órganos sexuales femeninos poseía el muchacho, y como estaban conectados.

Por lo pronto, se le estaba brindando atención diaria, para poder controlarlo. Hasta el momento, tanto el rubio como el embrión se encontraban en buen estado de salud. La criatura se estaba desarrollando correctamente, y no presentaba ningún tipo de anomalía.

¡Uy, eso sí me encanta, pa!

—Gracias, Cata, tenía mucha hambre —sonrió, tomando un batido de fresas.

—Estás en bajo peso, Alex, debes intentar comer un poco más.

—Es imposible, no puedo consumir nada sólido, todo me hace vomitarlo.

—Cuando pases el primer trimestre las náuseas y vomitos se irán —sonrió—. ¿Tú cómo te sientes? ¿Hablaste con tus padres?

—N-No ¿Cómo les explicaría? Ni siquiera saben que soy gay.

—¿Por qué no?

—Mis padres son... Adultos del campo, Cata —pronunció bajo—. Y encima ultra religiosos, están en contra de todo esto, de lo que soy. Las pocas veces que en mi casa se tocó el tema de la homosexualidad, ellos dejaron muy en claro lo que pensaban al respecto. Especialmente mi papá.

—¿Y qué harás cuando nazca el bebé?

—Lo daré en adopción —le dijo sin mirarla—. Yo no puedo cuidar de él, no tengo los medios para hacerlo. Y obviamente su otro padre tampoco se hará cargo, ni siquiera cree que estoy embarazado.

¿Qué es adopción, papi?

—Pero Alex, nosotras podemos ayudarte. Además, no es tan sencillo como crees dar en un adopción un niño. Primero-

—Lo dejaré en un orfanato, Catalina —la interrumpió—. No quiero hablar de eso ahora, aún faltan meses para que ocurra.

—De acuerdo —le dijo insegura.

No podía dar en adopción al niño, no cuando ese bebé era el resultado de una concepción tan extraordinaria.

***

Iba saliendo de sus clases, hablando con unas compañeras, cuando vio que el rubio salía del hospital universitario. Frunció el ceño, y antes de poder cruzar a la otra vereda, una de las chicas habló.

—Wou ¡Qué lindo es ese chico!

—¡Sí! —secundó otra—. Y no sólo tiene unos ojazos hermosos ¡Sino también una piel tan bonita!

—Parece un muñeco —pronunció una tercera, no muy impresionada.

—Es gay, así que no le presten tanta atención —les dijo Matthew con fastidio.

Las tres observaron curiosas al moreno.

—¿Y tú cómo sabes eso?

—Lo ví follando con un tipo en un baño, en la fiesta de bienvenida.

—Tsk, siempre los chicos lindos son gays —suspiró una rubia con decepción.

—¿Cómo pueden creer que es lindo? Si tiene cara de... Nena —pronunció Matthew viendo a Alex subirse a un auto, junto a una muchacha.

—¡No es verdad! Tiene rasgos muy delicados, pero no tiene cara de nena.

—Como sea, vayamos a almorzar algo antes de la próxima clase. Saben que tenemos clases después hasta las siete de la tarde.

***

Observó su vientre en el espejo, pasando suavemente su mano por él. Aún no se notaba nada, su panza estaba plana como siempre, incluso se notaba un poco sus costillas, había bajado bastante de peso.

Me gustan tus caricias, papi.

Se bajó la camiseta y volvió a la cama, abrazando la almohada antes de romper a llorar. Tenía tanto miedo, no tenía certeza de nada de lo que ocurriría con él.

Era obvio que si la criatura llegaba a término, nacería por cesárea, ya que no había un canal de parto... Lo daría en adopción, pero llevaría una marca para toda la vida que le recordaría lo que había pasado.

...

Papá No Soy Un ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora