CAPÍTULO 13

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✧✧A prueba de todo✧✧

Venus

«¡Eres una maniática!»

«¿Cómo se te ocurre lanzarte encima de ese hijo de perra?»

«¿Te volviste loca, Venus Adler?»

«¡¿Qué diablos te sucede?!»

«¡Esto es el colmo, ahora resulta que serás su amante! Puffff definitivamente tu sed no hay quien la sacie».

Mi subconsciente cuerda lleva horas dándome sermones que no me molesto en escuchar, sé lo que haré y nadie me lo va sacar de la cabeza, mi subconsciente pervertida y sádica me apoya y eso es lo único que me importa.

La cabeza me duele y los gritos de la mini yo tranquila, no cesan, aunque le diga que no me interesa lo que piense. Llevo una hora en el restaurante intentando que mi garganta pase la sopa que me estoy comiendo, tengo una resaca de mierda y todo por tomar licor como si fuese agua ¿Desde cuándo bebo así?

Ya no vuelvo a beber más.

Solo me dio tiempo de ir a ducharme, ponerme hielo en los chupetones y venir a darle algo a mi pobre estómago. Un mesero me consiguió un analgésico y por el momento empieza a hacerme efecto hasta que veo al hombre que se acerca. Mis ojos reparan sus movimientos cuando rueda una silla y toma asiento en plan de venir a regañarme.

—¿Vienes a darme órdenes de nuevo? —juego con la cuchara.

Me muestra una sonrisa forzada.

—Trataba de que no sufrieras un coma etílico —se excusa, desatándome una risa irónica

—Eso no iba a pasar.

—Sí, estabas bebiendo como si no hubiera un mañana, ¿Tanto te afecta lo de...

Guarda silencio cuando respiro hondo.

—Solo digo que deberías alejarte del licor. Esa no es la única manera de disfrutar del descanso— me explica, preocupado.

—¿Ya te vas? —cambio el tema.

Suspira como si no hubiera remedio y asiente.

—Ya sabes cómo es esto, nunca estás libre o disponible para ti mismo.

—Lo sé, pero no queda de otra —me levanto—. Espero que te vaya bien, nos vemos cuando se dé la oportunidad.

Paso por su lado para irme, pero me toma del brazo levantándose.

—¿Seguirás molesta?

—No estoy molesta —finjo demencia— Si lo estuviera ya te habría roto la boca.

Se ríe negando con la cabeza.

—Eso no lo dudo —me da un beso rápido, tomándome desprevenida— Nos vemos luego, cualquier cosa le diré a Mario que te avise.

—Uju.

Se va y cojo mi rumbo en busca de la habitación de Yasmín. Llego y toco la puerta con los nudillos, nadie abre y vuelvo a tocar.

—¡Voy! —grita y espero un momento hasta que abre y su fachada me deja atónita, tiene el cabello negro en un desorden horrible, chupetones en el cuello y una toalla mal cubriéndola— Tú...

Intenta salir para que yo no entre. Mi nivel de chismosa me gana y termino entrando topándome con la primera sorpresa del día.

«No fui la única que cometió locuras, baia baia»

—¡Se acostaron! —susurro en un grito poco audible, mi cara no muestra más que asombro, señalo la cama y luego a la mujer que intenta cubrirse bien antes de intentar cellar mi boca.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora