CAPÍTULO 49

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✧✧Jauría ✧✧

Herodes

No sé qué me tiene peor, si la evidencia que me entregó Charles o las ganas que tengo por la mujer que no debería estar metida en mi cabeza, pero lo está «Las ganas son perturbadoras».

Intento concentrarme, necesito tomar una decisión para que se pueda hacer lo que ya se estaba planeando. Pero me siento presionado, con algo en el pecho y la inquietud martillándome la cabeza a pesar de haberme fumado media caja de cigarrillos en busca de relajación que no tengo en ningún momento.

—A la espera de su orden para terminar de proceder estos días. —me habla Dan.

Releo la evidencia, detallo las fotos y no me queda duda, esto ya lo veía venir desde que supe que se estaban rompiendo los límites en el acuerdo entre mafias.

—No quiero fallas— espeto, dando la orden que necesitan.

—No las habrá —asegura la pelirroja.

Ambos se van y Charles toma asiento en frente de mí.

—Es necesario, ya se hicieron los cambios en el gobierno y los nuevos vienen con intenciones de expandir sus horizontes.

Sé a lo que se refiere. Cuando alguien adquiere poder, es cuando afila las garras en busca de más, el dinero y el poder son adictivos, una vez que subes no quieres bajar.

—Lo sé, tomaré medidas drásticas desde ahora. —sentencio.

Parto en unas horas, debo regresar Montreal, después que el escuadrón se vaya, debo convocar una reunión con los cabecillas de algunas pandillas de la organización; necesito dejar cosas claras y no pienso perder tiempo.

Megan entra con su hermana quien al parecer se está volviendo una zombi; tiene ojeras, la piel algo pálida. Y todo se debe a la abstinencia por la cual debe estar pasando y por ello su hermana quiere actuar de niñera llevándola con nosotros a mi casa «Lo que me faltaba».

—Mamá no vendrá hasta mañana, dejó dicho que no te quedes aquí, tienes una casa— le dice Tracy al ministro.

—No pienso quedarme, tengo cosas que hacer, solo espero no recibir malas noticias.

—Ahora si te preocupas —masculla.

—Siempre lo he hecho, pero claro está que eres mayor de edad y no puedo amarrarte para que no te drogues —le dice con severidad.

«Ya van a comenzar» detesto la confianza que me tienen y por la cual sé del vicio de la hija de Charles, nadie más lo sabe o eso quieren creer.

Discuten por un rato en el que no les presto atención, mi cabeza se llena de lo que no debe a pesar de saber todo el mierdero que viene y que debería tratar de solucionar, pero pese a eso no tengo cabeza para otra cosa que no sea pensar en la entrepierna de la mujer que me avisa que todo está listo para cuando yo lo requiera.

Dwayne me llama para avisarme que me espera en Montreal con Giovanny y Mario. Con Charles me pongo de acuerdo en lo que se requiere, mis hombres preparan el viaje en el que uso la laptop encargándome de asuntos importantes.

Al llegar me voy directo a mi estudio encontrándome con Dimitri en el pasillo, eufórico corre de aquí para allá y no estoy para estupideces, llamo a la pelirroja para que se encargue de llevarlo a pasear, comer, matar o lo que sea que el perro quiera en este momento.

Se va con ella y por mi parte dejo que el trabajo me absorba por varias horas en las que no como, duermo, descanso o me despego de las dos laptops que tengo sobre la mesa. Mario me hace compañía poniéndome al tanto de todo mientras que el consejero y Dwayne me explican lo que han venido haciendo desde que fui a Londres.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora