CAPÍTULO 75

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_________✧✧Atados✧✧_________

Venus

La cantidad de personas es exagera alrededor de la alcaldía, entre ellas hay reporteros y policías cuidando el perímetro, todos esperando la conferencia de prensa del alcalde Grinberg quien en este momento debe estar siendo embrujado por los encantos de seducción de Helen.

Me acomodo los guantes que llevo puestos antes de posicionarme mirando por el lente del rifle de largo alcance, estoy a casi 3.200 metros de distancia, sobre un edificio de apartamentos urbanos, siendo refrescada por la brisa del medio día, pero algo acalorada con el calor del ardiente sol, parece que lloverá en algún momento.

Tarareo un canción de Halsey mientras observo el panorama y espero el momento indicado. El evento comienza y la primera dama sube al escenario dando las gracias a todos los presentes. La policía sigue rondando en sus puestos y apunto a mi blanco.

—Lo tengo —me avisa Helen mediante el intercomunicador.

—Ya la oyeron —le doy el aviso a los demás.

Observo la tablet que tengo al lado, me muestra las cámaras de la parte trasera de la alcaldía, un auto llega y Helen sale con el alcalde apuntándole en la cabeza, Brett la ayuda a subirlo y...

Tomo una bocana de aire dejando el dedo en el gatillo, sintiendo eso que me recorre el brazo con la llegada de la adrenalina que me hace calcular, relajarme y soltar el disparo que atraviesa una lámpara y sigue su recorrido clavándose en la frente del gobernador, su cuerpo cae inerte, los gritos no se hacen esperar y la señora Grinberg es la siguiente en caer con mi siguiente disparo.

—Dulces sueños, gobernador.

Me pongo de pie, desarmo el arma y la guardo en el bolso que me engancho en el brazo antes de tomar la tablet y salir corriendo, salto la azotea cayendo en la siguiente, ruedo en el suelo y me reincorporo buscando las escaleras, con una hábil voltereta llego al suelo intentando calmarme, estoy agitada pero debo seguir corriendo.

Mi falta de resistencia merma un poco mis ánimos, pero los saco de lo profundo de mi interior y sigo sin detenerme. El embarazo no debe ser impedimento.

Cruzo una esquina, en el callejón consigo el taxi que abordo quitándome el pasamontañas, revisando la tablet que muestra el desastre que no cesa en la alcaldía, ya llegaron más cuerpos oficiales, los paramédicos y bomberos.

—¿Cómo van? —le pregunto al piloto.

—Ya fuera del perímetro, bombón.

Ruedo los ojos, el bolso lo lanzo en el asiento trasero. Tengo calor y hambre.

Dos patrullas pasan por nuestro lado a toda prisa, el sonido de un helicóptero se toma la calle y nos perdemos por la avenida que da al puente. El calor va mermando pero aún así me saco los guantes guardándolos en los bolsillos.

Asegurándome del perímetro, me comunico con Brett, ya están por llegar al punto de encuentro y nosotros al primero en donde bajamos y abordamos otro auto, dejando el taxi atrás.

Bajo el cierre de la chaqueta negra que llevo puesta, meto la mano debajo del asiento y saco una botella con agua.

Taeyang conduce y me recuesto en el asiento, cerrando los ojos.

—¿Cansada ?—indaga.

—No. Pero me duele la cabeza.

—¿Pasamos por algo de comer?, Muero de hambre y estaremos varias horas sin salir.

Tiene razón, moriré de hambre.

—Pasemos por un KFC, sería buena idea; un pollo, papas y refresco... Los demás han de tener hambre también. Yo invito.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora