CAPÍTULO 57

116K 9.5K 5.3K
                                    

✧✧Resistencia✧✧

Venus

Caminé durante horas, no he comido nada, casi me mata de un infarto con una araña, me aventó al río, me hizo subir mojada por un montón de rocas, nos lanzamos con una cuerda y caímos entre un montón de ramas que me lastimaron el brazo.

Este hombre me quiere matar y para colmo, de una manera que no esperé.

¿Qué hubo de bueno en todo esto?: Que follamos y me gustó tanto que heme aquí con energía de sobra intentando derribar al pelinegro que se ve jodidamente sexy con un traje de artes marciales del color de su cabello, moviéndose con agilidad, anticipando mis golpes y sonriendo divertido cada que me manda al suelo porque sabe técnicas que yo no.

Me estoy esforzando por grabarme su estilo de combate, Pero es demasiado rápido y para colmo me lastimaron el muslo hace un rato y camino mal, eso sin contar que mi brazo duele también.

—Venga, Adler, dame una buena pelea.—se burla extendiendo la mano para ayudarme a levantar, dudosa la tomo y me pone de pie pero se gira y me manda al suelo lastimándome la espalda «Le gusta jugar sucio»— Error número 20: nunca debes bajar la guardia, con nada ni con nadie.

Recupero aire y me pongo de pie. Ataca con el bō pero lo bloqueo, el último golpe fue en mi trasero y aún me arde horrible.

—Rapidez, agilidad, soltura; muéstrame esas tres cosas y te enseñaré lo que sé.

Ataca mandado patadas de Taijutsu, complementa con el bastón dejándome inmóvil, presionando mi cuello con el bō y sus manos sosteniendolo sin dudar.

—No me decepciones y muéstrame.

Me corta el paso del aire y como medida desesperada me decido por patearle los testículos, retrocede mirándome furioso, pero giro alzando la pierna, aún con el dolor se pone alerta y mi pie impacta en su pecho mandándolo hacia atrás.

—Ya lo estoy haciendo como quieras —me deslizo por debajo de sus piernas, rápido me reincorporo mostrándole agilidad; subiéndome sobre su cuello, maniobro mandándolo al piso— ¿Te gusta así?

Su resistencia es impresionante, no lo niego, pero le muestro la mía yéndome contra él, en un combate cuerpo a cuerpo, sin bō y mostrándole como puedo bloquear sus movimientos basándome en su dolor en la entrepierna. Su altura es más que la mía

—¿Te duele? —me burlo, atacando con palmadas que intercepta con las suyas.

—Más te dolerá la tanda de azotes que te daré por tramposa.

—¿Estamos hablando de trampa? ¿Es enserio? Tú llevas ratos jugando sucio, debía cobrarme al menos una ¿O no puedo?

Sus brazos me aprisionan y siento su erección contra mi espalda baja. Pasa la lengua por el lóbulo de mi oreja, erizándome y fundiendo el calor que emanan ambos cuerpos.

—Sí puedes, todo sea porque no te dejes patear ese culo —risueño muerde mi oreja— El único que puede dejarlo rojo soy yo.

Lo mando al suelo con una voltereta, pero el muy idiota me lleva con él y quedo entre sus brazos, siendo prisionera de su fuerza una vez más.

—No me vences porque no atacas con todo, crees que me lastimarás y no quieres eso, te gusto tanto como para querer hacerme daño— susurra.

Suelto una carcajada agria.

—Deja de decir estupideces.—espeto— Lo dices como si estuviera enamorada como una tonta.

—¿Y no es eso? Yo creo que sí. Así que cuida esa boca.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora