CAPÍTULO 64

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✧✧ Palabra✧✧

Venus

Kiev, Domingo 28 de junio del 2021.

El avión está pronto a aterrizar, mientras tanto disfruto del buen vino que ofrece la zona de primera clase.

—¿Puede traerme un sándwich como el de hace rato? —le pregunta Yasmín a la azafata.

—Que sean dos —pido.

Nuestros asientos son de 4 personas, al lado mío va Mario y en frente Helen. Los demás se distribuyen de igual forma.

—Deberían parar la bebida —recomienda él.

Durmió solo por media hora, el resto del tiempo no ha estado sino al teléfono.

—Relájate, no nos pasaremos de trago —Helen se sirve en su copa— Solo es para la sed.

—Me debo asegurar de que todos estén sobrios por esta semana.

—Tranquilo, cariño. Una sola copa y ya.

—Más te vale.

Cierro los ojos disfrutando del pequeño descanso que tengo desde que abordamos el avión. Claramente no íbamos a viajar en la zona normal, para eso ganamos suficiente dinero, y estamos aquí dándonos un buen lujo.

Yasmín mira por la ventanilla, no hace falta saber que sigue distanciada de su chocolate andante, desde que salimos no se han mirado, y él decidió ir en una zona individual al igual que Fátima. No me gusta ver a mi amiga tan callada, sin estar preguntándome cosas. Pero no creo que sea prudente querer animarla.

Nos traen los bocadillos, disfruto del sabor con la combinación de la copa que vuelvo a llenar, cuidando de no pasarme se tragos.

Helen no deja de mirar al hombre que va a mi lado, cerró los ojos y parece dormido, se ve tan bien que ambas mujeres no pueden evitar morderse el labio para no reír.

Muerdo mi sándwich, sacudo la cabeza porque parecen un par de depravadas.

Mascullan entre ellas, termino el bocadillo y me pongo de pie para ir al baño. Lo hago rápido, en los altavoces avisan que ya vamos a aterrizar y eso me tranquiliza, ya oficialmente estoy a muchos kilómetros alejada del insoportable del Alpha.

No puedo estar más molesta por su culpa, ¿Pero ¿qué debía esperar de su parte?, El muy imbécil no controla su hombría; que debe estar con una mujer chupándosela. Pretendía exclusividad de mi parte, ¿Pero él?, Metiéndola en toda vagina que se le atraviesa, o, mejor dicho, en la de su pendeja novia.

De mi cabeza disperso todo recuerdo de él. El teléfono no lo he mirado, siempre solía dejarle un mensaje caliente pero ya no volveré a hacerlo de no ser para algo laboral, lo cual no será posible, pues Mario puede informarle lo que se vaya haciendo. Eso me desliga de tener que hablarle. Gracias al cielo.

Regreso a mi asiento, el aterrizaje es tranquilo, nos acomodamos para bajar, recojo mi cartera y me aseguro de que mi cabello se vea bien.

Todos comienzan a bajar, lo hago antes de Taeyang quien es tan caballeroso de ayudarme con mi bolso a pesar de que también lleva el suyo.

—Creí que ya no existían hombres caballerosos —le digo y sonríe.

—Soy la excepción entre muchos, bombón.

—Pues, eso me agrada.

Caminar con todos resulta interesante, muchas personas nos miran como si fuésemos celebridades, y creo saber el por qué; pues los hombres que van con nosotras no son fáciles de obviar, están buenos, visten casual pero elegante y costoso, al igual que las chicas, todas con sus cuerpos fitness, bien proporcionados y caminatas sexys, atraen la atención de muchos.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora