CAPÍTULO 52

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✧✧Sin señal✧✧

Kilian

Minutos antes.

Sigo conduciendo por el espeso y oscuro bosque, la lluvia empeora cada segundo, la comunicación se dificulta y debo concentrarme, aunque todo esté tomando un rumbo no esperado.

Fueron minutos antes los que tuve para enterarme de que la mafia italiana también estaba en la ciudad y ambos líderes estarían en el mismo sitio disfrutando como viejos amigos. No me dio tiempo de nada, ya todo estaba planificado y el show había comenzado.

Ya el ruso debería estar muerto, pero la intromisión del italiano nos quitó tiempo porque se dobló la cantidad de asesinos que los cubrían cuando salieron «Debemos arreglar esto o mi jefe nos matará a todos».

El escuadrón no tiende a pasar por fracasos, hemos estado invictos, pero esta vez todo se complicó y ahora no sé ni para dónde coger, solo sé que debo deshacerme de los obstáculos y por ello abro la ventanilla de la camioneta dejando que Brett salga con el lanza cohetes que dispara, atinándole al auto blindado que se alza con la explosión que lo vuelca, dejándolo en llamas.

—¡No dejes rastros!

Vuelve a disparar causando una explosión más grande y no espero, no nos bajamos a ver nada, simplemente doy la vuelta en busca del camino que me lleve a brindarle apoyo a Venus.

—Nada de comunicación— me avisa Helen, luchando con el intercomunicador.

—¡Maldita sea con Flavio!

—Es la lluvia, parece una tormenta eléctrica.

Miro por el retrovisor. Esto solo dificulta las cosas porque básicamente estamos a ciegas conduciendo entre árboles en busca de la camioneta correcta.

Los truenos y relámpagos son lo único que ilumina el camino y desde no muy lejos diviso el helicóptero que le dispara a no sé quién, pero piso el acelerador dándome prisa, el ataque aéreo sigue, esquivo un árbol y mis acompañantes salen a dispararle a la nave que se cubre de fuego por culpa de los proyectiles, estalla y se viene abajo.

—¡Es Fátima, detente!— grita Brett.

No he terminado de detenerme cuando abre la puerta y sale rápido a socorrer a la persona que se sostiene el brazo del que le emana sangre. Helen sale, recibe el arma de la mujer que se queja recalcando que puede caminar.

Suben al auto y sigo con la marcha dejando que me ponga al tanto y las noticias no me gustan porque perdió de vista a la mujer que iba sola en una moto, con pocas armas, el suelo no es muy estable para andar en una moto que puede volcarse con los grandes hoyos de la deteriorada carretera que aparece más adelante.

—Seguramente ya la mataron, por no esperarme, de terca prefirió ir sola— se queja Fátima, molesta.

—Intenten contactar a Flavio— me exaspero.

Mi brazalete no tiene señal, los intercomunicadores no se escuchan y eso solo me llena de más estrés porque si Venus En muere, nos van a matar a nosotros.

—¡Detente!— grita Helen y piso el freno, pero es muy tarde porque nos empiezan a disparar y la ira me tenía tan distraído que no había visto las camionetas.

Retrocedo rápido, los vidrios no son blindados, no puedo arriesgarme. Miro por el retrovisor, otro auto se acerca y toma la delantera recibiendo las balas que sueltan los rusos y los italianos.

—Deben estarla persiguiendo, no se detendrían por nada— hablo.

Paro el auto, Helen toma el volante, bajo con Brett adentrándome al bosque, moviéndome rápido y con el arma en alto.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora