CAPÍTULO 80

119K 7.2K 10K
                                    

________✧✧Apocalipsis ✧✧_________

Herodes

Mi cuerpo está pasando por sensaciones que rayan en la locura porque no sé como controlarlas, son tan angustiantes que debo fumar a cada rato y aún así mis manos sudan, el corazón me bombea rápido acelerando mis ganas de que el jet se alce en vuelo y llegue rápido a la fábrica.

Estoy a solo horas, solo horas para verla de nuevo y tenerla entre mis brazos para nunca más volver a soltarla porque no pretendo pasar de nuevo por todo esto que me avasalla desde su secuestro. Los recuerdos son como un Déjà vu sin salida, que aunque me esfuerce por persuadirlos con otras cosas, es imposible, siempre regresa demoliendo todo a su paso.

«La necesito, no puedo estar tranquilo sabiendo que no la tengo cerca»

«Droga» Eso que me metí en par de veces pero nunca me volví adicto cómo lo estoy ahora anhelado frenéticamente a alguien, precisamente a quien no debería pero ya no puedo hacer nada, ¿Cómo la arranco de mi pecho a estas alturas?, Creo que ni la muerte sería la solución porque estando en el más allá la buscaría para seguir ardiendo.

Me acomodo las mangas de la camisa, la calefacción es perfecta, pero mi cuerpo parece estar en el desierto de Egipto atravesando por rabia, impotencia y ganas de matar a alguien. «Respira, has pasado días inestable, aguanta un par de horas más». Cierro los ojos evocando los momentos que me aferran más, no me importa ya, no puedo hacer nada contra lo que mi pecho desencadena ante su recuerdo.

Me acaricio las piernas eliminando el sudor que adquieren mis palmas, moverme es un suplicio porque me duelen los testículos, tengo días sin correrme, tocarme no sirve y aunque sé que pierdo el tiempo, lo hago pensando el tiempo libre que pienso tomarme cuando toda esta mierda se tranquilice, los lugares que pueden ser testigos de todo lo que haré, pero por ahora solo tengo uno en mente, el primero de tantos.

—Señor, desea.....— la azafata se calla de golpe al ver lo que hago, no se mueve y sigo agitando la mano, avivándome por un momento en que consigo el recuerdo perfecto, me corro ensuciándome la mano y la camisa—. Señor.. me.. ¿necesita algo?

Me saco la camisa limpiando los rastros de semen que quisiera haber vaciado en un lugar específico.

—Un trago de licor, el mejor que tengas.

Pasa saliva balbuceando nerviosa.

—¿Whisky o....

—Lo que sea.

Se queda embobada mirando mi miembro y pecho.

—No te quedes ahí parada y ve por lo que pedí.

Se pierde, me acomodo yéndome al armario por una nueva camisa. Me meto al baño, me lavo las manos y salgo recibiendo el trago que me tomo de un solo sorbo.

—No me vuelvas a interrumpir— demando.

—Disculpe.

Las próximas horas las consumo mientras repaso lo que haré, ya todo está marchando como quiero, solo debo asegurarme en persona porque no deben haber errores. El jet aterriza y bajo con el teléfono en la mano revisando varios mensajes, abordo el auto y son varios minutos de camino hasta que llegamos y directo me voy a duchar antes de bajar a ocuparme.

Mario me llama, ya viene en camino, los dos que estaban con él ya llegaron a Finlandia, organizando lo que queda.

En la fábrica todos se mueven de aquí para allá, parte del escuadrón está en una mesa reunidos con el hacker y el aprendiz de mi mano derecha. Todos esperan que haga presencia y lo hago apoyando las manos en la mesa, mirando el mapa que ya deben haberse grabado o me aseguraré de tatuárselos yo mismo.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora