CAPÍTULO 17

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✧✧ Deseo✧✧

Venus

Han pasado varias horas y no le he vuelto a ver la cara a mi odioso jefe. Quizá debió habérselo tragado el estudio o su habitación ya que no lo veo desde que me echó.

Obviamente iba a follar con su novia, por eso lo hizo. La muy estúpida, no sé porque me ve cada que puede ¿Acaso tengo algo en la cara? Siempre me observa con una nota de asco o tal vez sea porque no se imaginó que su novio tendría guardaespaldas femeninas.

Como sea. No me preocuparé por nada, seguiré aquí ayudando a Mario con lo que me pidió; llegó anoche, llevamos horas en una parte de la casa con función de sala de juntas, tenemos varios planos sobre la mesa de vidrio; algunos son de armas y otros de algunos perímetros.

Eso significa que pronto tendré que trabajar de encubierto. Al menos eso servirá para que mi vagina se concentre en otra cosa que no sea anhelar la polla del Alpha.

—Consígueme algo de tomar —me pide.

Me agrada, no es tan estricto como aparenta o ha de ser porque le caigo bien y no lo he decepcionado. Giovanny entra cuando estoy por salir, anoche llegó junto con Mario, ambos intentaron hablar con el Alpha pero no lo consiguieron porque según; no quería ser molestado.

«Nunca está de buen humor»

Le pido a una empleada que lleve algo de tomar a la sala, también unos bocadillos por si les da hambre al consejero y a la mano derecha de mi jefe.

Me devuelvo por donde venía, pero me detengo con la persona que me intercepta cuando estoy por cruzar. «Jayden Blackwood»; Sus ojos azules me miran con mucho cuidado y algo de detalle, sus labios forman una coqueta sonrisa acompañada de una relamida que resulta estimulante por la manera en la que se enrojecen un poco, añadiendo algo de intimidad al momento.

El cabello negro semi largo le cae sobre las orejas; medio cubriendo los aretes de oro blanco. Dejo la mirada en sus ojos azules y no la aparto ni siquiera cuando se pasa las manos por el cabello echándolo hacia atrás, logrando que se devuelva de manera sexy por lo liso que es.

—Definitivamente, necesito una guardaespaldas disponible —pregunta, con algo de coquetería— ¿Crees que consiga una tan sexy como tú?

Es inevitable no sonreír de igual forma.

Si algo caracteriza a Jayden, es su coquetería y manera de socializar. Creo que cada Blackwood tiene métodos de envolver y diferente personalidad, pero sin quitarles la arrogancia y la altivez que los caracteriza.

—Soy única, así que no lo creo —contesto, algo airosa.

—Oh, ya lo creo. Es difícil encontrar una mujer con el cabello tan rojo como el tuyo; parece que es natural —ladea la cabeza, queriendo mirar mi coleta— Sexy, candente y excitante. Ya quisiera yo tener alguien así en mi anillo de seguridad.

—Quisiera, pero no, así que, con su permiso, señor Jayden. No estoy desocupada.

Intento pasar por su lado, se atraviesa.

—Ya veremos, siempre me salgo con la mía así que...

—Buena suerte entonces. Me retiro.

Vuelve a negarme el paso, tomándome del brazo, acercando sus labios a mi oído. La respiración lenta y tranquila chica con mi piel, erizando mi nuca, pero no me muevo ni siquiera cuando suelta una pequeña carcajada, tranquila, suave y divertida.

—Tienes algo que curiosamente despierta mi incertidumbre —susurra—. No me desagradaría una plática privada ¿Puedes?

Sus ojos no dejan de mirarme y sus labios de sonreír con coquetería, es muy apuesto y sus perforaciones le dan un aire de Rockstar maduro que sabe lo que quiere y como obtenerlo con solo un chasquido de dedos.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora