26 | fuera del circuito

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Tessa descubrió que Tommy había sido hospitalizado después de que Ada la llamara sollozando a las dos de la mañana.

Debería haber estado dormida, pero Tessa no dormía bien cuando Tommy no estaba en casa, y esa noche no era la excepción. Sin embargo, su mente seguía acelerada mientras intentaba entender por qué Tommy no le estaba diciendo nada.

Las palabras de Ada casi le habían dado un ataque al corazón—. Es Tommy —había dicho Ada—. Está en el hospital. Se fracturó el cráneo, sufrió una conmoción cerebral, está sangrando internamente. Tessa, ¿qué demonios le pasó?

Tessa no tenía la respuesta a su pregunta y colgó el teléfono sin decir una palabra. Tirando de la botella de whisky hacia ella, Tessa se permitió llenar el vaso hasta la parte superior, lo levantó y vio el líquido derramarse sobre sus dedos. Tommy estaba en el hospital y ella estaba atrapada en su casa, incapaz de verlo o consolarlo.

Se llevó el vaso a los labios, y mientras tomaba un sorbo, una voz habló en voz baja—. ¿Mamá?

Colocando su vaso sobre la mesa, Tessa se volvió hacia su hija—. Bella, ¿qué pasa, cariño?

—Pesadilla —murmuró Bella, caminando hacia su madre—. Los malos se llevaron a papi.

Tessa parpadeó para contener las lágrimas, levantando a Bella y llevándola por las escaleras hasta el dormitorio principal. Acomodándose debajo de las sábanas, Tessa sostuvo a su hija—. No hay hombres malos que se vayan a llevar a papi, cariñó.

—¿Dónde está papi? —preguntó Bella, mirando a su madre.

—Está en el trabajo —explicó Tessa—. Y lo que hace nos ayuda a mantenernos a salvo. Papá lucha contra los hombres malos, cariño, y él siempre gana.

Bella asintió, acomodándose en los brazos de su madre—. ¿Papá asusta a los hombres malos?

—Sí —dijo Tessa, tragándose el nudo en la garganta—. Papá asusta a los hombres malos.

—Te asusta —dijo Bella.

—No, cariño, no me asusta —dijo Tessa.

Para ser una niña, Bella era ridículamente inteligente. Tessa se sorprendió de lo mucho que su hija parecía darse cuenta; tenía buena memoria, lo que le serviría mucho en un futuro, pero a Tessa le dolió que se diera cuenta de tantas cosas. Intentó proteger a Bella del negocio de Tommy, pero no siempre era fácil.

Con unas cuantas caricias de su madre, Bella se quedó dormida en sus brazos mientras Tessa intentaba no llorar. Necesitaba a Tommy, no solo porque lo amaba, sino porque necesitaba su apoyo, sus consejos, incluso su actitud molesta. Lo necesitaba como al oxígeno, y los secretos y las mentiras y el ir por las espaldas los estaba destrozando lentamente.

No sabía cómo estaba, después de haber colgado el teléfono antes de que pudiera preguntar, pero lo que sabía era que necesitaban tener una conversación larga y cordial sobre todo cuando regresara. Independientemente de los asuntos de negocios a los que debiera asistir.

La familia siempre debe ser lo primero, y cuando Tessa miró a la niña que dormía en sus brazos, se dio cuenta de que incluso si, por algún milagro, Tommy las pusiera primero, Tessa renunciaría voluntariamente a todo si eso significaba que podía quedarse con ella.

Y ahí estaba la diferencia entre Tommy y Tessa.





Durante las siguientes dos semanas, mientras Tommy recibía tratamiento y se recuperaba, Tessa se quedó con Mason.

La mañana después de la pesadilla de Bella, Tessa le había propuesto pasar unos días con el tío Mason, a lo que Bella accedió con entusiasmo, sin saber que la razón detrás de la visita repentina era porque Tessa no podía soportar estar en una casa vacía.

Mason todavía tenía la vieja habitación de Tessa, en su vieja casa, en su vieja calle. Todo estaba en el pasado, y cuando Tessa regresó a la casa de su infancia, sintió una extraña sensación de nostalgia y algo que no sentía en su nueva casa. Ella tenía una conexión con esa casa, años de recuerdos, experiencias y felicidad dentro de estas paredes que no estaban en su hogar.

La primera noche que besó a Tommy fue en esa misma casa, justo frente a la chimenea. El día que pasó en la cama con gripe había sucedido dentro de esas paredes, siendo atendida por Mason mientras la cuidaba para que se pusiera mejor. En esa casa, Tessa había llorado, reído, peleado y vivido. Todo en su pasado estaba conectado a esa casa, y ella nunca se habría ido si no hubiera conocido a Tommy.

Bella se sintió como en casa, quedándose dormida en el sofá tan pronto como se subió. Tessa y Mason fueron a la cocina, se sentaron juntos en al mesa después de preparar una tetera y un poco de pan y mermelada de fresa, la favorita de Tessa.

Agarrando la taza para intentar calentar sus dedos, Tessa se concentró en sus manos mientras Mason la miraba, las líneas de preocupación arrugaron su frente.

—Tessa, sé que estás preocupada, pero tienes que calmarte —dijo Mason, con los ojos llenos de preocupación.

—No me dice nada, Mase —susurró Tessa—. No me dice nada. Se presentó en casa hace dos días, cubierto de sangre y medio muerto, y ni siquiera me dijo qué pasó. Se fue a Londres y me dejó afuera otra vez.

—Hay mucho en su plato en este momento —respondió Mason—. Los robos, Hughes y los rusos... solo está estresado.

—Pero merezco saber algo —dijo Tessa, su voz desesperada. Soltó su taza y tomó las manos de Mason—. ¿Qué robos? ¿En qué se metió Tommy? Mason, por favor.

—No puedo, Tess —susurró Mason—. No sé lo suficiente. Solo sé lo que Tommy me dice.

—Ya me cansé, Mase —dijo Tessa, y le dolió físicamente decirlo—. Cuando Tommy regrese, le diré que se acabó. Esto no es saludable, ni para nosotros ni para Bella.

—Tommy te necesita —dijo Mason.

—Y yo necesito que sea sincero conmigo —repsondió Tessa—. Pero no lo es. Superé lo de Tatiana hacce mucho, pero estoy harta de estar fuera del circuito.

—Solo dale otra oportunidad —dijo Mason—. No quiero volver a ver tu corazón roto.

—Quiero hacerlo —dijo Tessa—. Tengo muchas ganas de...

—Entonces hazlo —la interrumpió Mason—. Si lo amas, le darás tiempo.

—Lo amo, pero le di más tiempo del que debería haber necesitado —dijo Tessa, y dejó caer la cabeza entre sus brazos—. No sé qué hacer.

—Solo espera hasta que regrese —dijo Mason—. Luego verás qué hacer.

Tessa levantó la cabeza, su pelo le cayó en la cara—. No puedo.

—¿Por qué no? —preguntó Mason.

La mano de Tessa se estrelló contra la mesa—. ¡Porque no sé si volverá! Está en un maldito hospital, no sé si está vivo. Estoy harta de estar fuera del circuito, y hasta que alguien decida informarme, no cuenten conmigo. Una vez que Tommy regrese, eso es todo. No puedo vivir en el constante estado de no saber, así que si él regresa, me iré. Iré a vivir con la abuela Esther.

Mason sabía que Tessa estaba simplemente histérica y no tomaría medidas tan drásticas. Su abuela era despreciable, y él sabía que Tessa preferiría dispararse voluntariamente en el pie antes que pasar más de treinta segundos con su abuela.

Entonces, en lugar de discutir, Mason la escuchó hablar y no dijo ni una palabra.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora