21 | parte de un trato

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La protesta entre miles de otras mujeres que sentían lo mismo fue estimulante, y mientras Tessa bebía y disfrutaba de su libertad con la compañía de sus amigas, no pensó en Tommy en lo absoluto.

Sabía que cuando se enterara se enojaría, porque el Viernes Santo era su mejor día para tomar apuestas, pero mientras hablaba y compartía historias con las otras trabajadoras de Birmingham, se dio cuenta de que a veces necesitaba decir "a la mierda" y hacer lo que quería.

Polly fue el espectáculo más entretenido del día, ya que había sido incoherente incluso antes de que salieran de la tienda. Además de las bebidas que bebió con Tessa y Lizzie, estaba más borracha que nunca y muy cerca de perder la razón.

Cuando terminó, y todas comenzaron a dispersarse, Tessa se dirigió a su casa, conduciendo fuera de la ciudad en el auto que le había sacado a Tommy esa mañana.

No debería haber estado conduciendo borracha, y lo consideró, ya que casi se salió de la carretera y se metió en una zanja, pero llegó a casa en una pieza. Había un auto caro en su camino de entrada; uno que Tessa no reconoció.

Dirigiéndose a la oficina de Tommy, el único lugar que siempre visitaba primero, Tessa se sorprendió al descubrir que no estaba solo.

Tatiana Petrovna yacía tumbada sobre el sofá mientras Tommy estaba de pie contra la estantería, fumando un cigarillo y mirando a la duquesa. Golpeando la puerta contra la pared, Tessa se paró con los brazos cruzados—. ¿Qué está haciendo ella aquí?

—Negocios, Tess —respondió Tommy.

Tessa se burló—. Negocios, sí, claro. ¿Por qué está aquí?

—Es parte de un trato —respondió Tommy—. Uno que estaba a punto de acordar.

Tessa se sintió enferma—. ¿Estás bromeando?

—Tess...

—No —dijo Tessa, levantando su mano—. Está aquí como una forma de... ¿qué, castigarme por ir a la huelga esta tarde? ¿Vas a acostarte con la duquesa porque ella no se opondrá a tu comando real?

—Tess, estás borracha —dijo Tommy, mientras Tatiana se levantaba.

—No quise causar problemas —dijo ella.

—Yo no lo haría —dijo Tommy.

Tessa se volvió hacia la duquesa—. No te atrevas. Vi la forma en que mirabas a Tommy en el maldito baile de caridad, como si no pudieras esperar a que muriera para poder saltar directamente a su cama.

—Tess, estás muy borracha —repitió Tommy—. No estás pensando con claridad.

Ella apartó la mano que él extendió hacia ella, aún mirando a Tatiana—. ¿Es así como los rusos hacen tratos? ¿Tiran a una duquesa linda para endulzarlos? ¿Qué, ibas a pasar la noche aquí? ¿Quizás esperabas que yo no llegara a casa hasta más tarde? Quizás...

—Tessa, basta —dijo Tommy—. Tatiana se estaba yendo.

—No, puede quedarse —espetó Tessa, levantando las manos—. Me voy.

—¿A dónde? —preguntó Tommy, mientras Tessa se alejaba de él.

—Lejos de ti.





Tessa sabía que estaba reaccionando de forma exagerada, pero solo ver a Tatiana le hacía sentir náuseas.

Esta era la mujer que le confesó a Tommy que su zafiro estaba maldito; fue quien se lo dio en primer lugar. Sin mencionar el hecho de que era impresionante, como todas las duquesas, impecables, elegantes y mejores que ella.

Mientras se escondía en una de las habitaciones de invitados, acostada en la cama, Tessa parpadeó para contener las lágrimas.

No pudo evitar preguntarse qué hubiera pasado si entraba diez minutos más tarde. ¿Tommy habría permanecido sin hacer nada, o las poses seductoras de Tatiana en el sofá le habrían quitado la compostura? ¿La habría engañado?

Tessa pensó que esto era parte del plan de venganza de Tommy por el hecho de que se declaró en huegla. ¿Estaba intentando hacerle ver que no buscaba una mujer que tuviera sus propias opniones, sino que necesitaba una madre para su hija y nada más?

La parte borracha, aturdida y algo desorientada de la mente de Tessa le estaba haciendo creer todo tipo de cosas desagradables, mientras que el lado ligeramente sobrio de su mente intentaba luchar contra los pensamientos negativos.

Este era Tommy; nunca la engañaría. Puede haber demostrado que amaba a Tessa, pero después de la guerra, ¿no fue él quien se distanció de ella? ¿ No fue él quien decidió que no valía la pena su tiempo después de haber luchado por su país? ¿Estaba solo con ella por lástima? ¿Un acto de piedad sobre el pobre ángel que se enamoró del diablo y quedó embarazada?

Tessa yacía de lado, sin darse cuenta de que estaba llorando hasta que una lágrima cayó por su nariz y la hizo estornudar, el sonido hizo eco a través de la habitación vacía. No había salido de la habitación desde que le gritó a Tommy, y no sabía si Tatiana se había ido o no. La habitación estaba en la parte trasera de la casa, por lo que no podía ver la entrada desde las ventanas.

La euforia que vino con el entumecimiento del alcohol en sus sentidos fue estimulante, pero cuando llegó el momento de que Tessa se sintiera sobria, no era una alegría estar con ella. Podía enfadarse, como lo había demostrado en la planta baja hacía apenas unas horas. Podría estar emocional, sollozando por cosas que no necesitaban lágrimas apra derramar. La Tessa borracha nunca era divertida, por eso rara vez se dejaba caer al límite.

Tumbada en esa cama fría, sin la presencia de Tommy a su lado, Tessa se sintió vacía. Cada nervio había sido sobreestimulado con emociones, surgiendo después de que el alcohol desapareciera.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora