02 | campanas de boda

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Las campanas de la iglesia le recordaron a Tessa cuando solía escucharlas durante la guerra, cuando los hombres salían del frente y volvían a casa para casarse con sus mujeres.

Cuando se dio cuenta de que este era su momento, y esas campanas sonaban para ella, fue como si no pudiera respirar. El vestido se sentía demasiado apretado, exprimiendo el último aliento de sus pulmones.

Sus manos estaban húmedas y sudorosas mientras agarraba los tallos verdes de su ramo, y podía sentir su pelo, que era demasiado corto como para caber en el elegante moño pegado a la parte posterior de su pelo. Tenía frío, pero al mismo tiempo tenía demasiado calor, y sentía que caminaba en el aire pero que sus pies estaban hechos de plomo.

Volviéndose hacia su hermano, le dirigió una mirada temerosa, el terror estaba presente en sus ojos, los labios ligeramente abiertos y las mejillas sonrojadas que el maquillaje no podía ocultar.

—Mason, tengo miedo.

—Es normal —le aseguró Mason, ofreciéndole su codo para que se sostenga—. Es lo que pasa cuando te casas. Pero, Tess, te ves hermosa. Prometo que Tommy no podrá quitarte los malditos ojos de encima.

—Lo sé, pero al mismo tiempo estoy por vomitar —dijo Tessa—. Mase, ¿qué pasa si esto es un error? ¿Qué pasa si Tommy solo se va a casar conmigo por mi maldita reputación? ¿Qué pasa si no quiere esto?

—Entonces es un maldito idiota —murmuró Mason—. En serio, Tess, supéralo. Tommy se va a casar contigo porque te ama, y el hecho de que tengas un bebé no hace ninguna diferencia. Te ama, Tess, y si no puedes ver eso entonces estás ciega.

—Tal vez estoy ciega —respondió Tessa antes de detener a Mason—. Mase, no puedo hacer esto.

—No trajiste a toda nuestra familia solo para no presentarte porque eres demasiado cobarde para casarte —dijo Mason—. Te vas a casar porque eres Tessa y dentro de esa iglesia —señaló dramáticamente las grande spuertas de roble—, está el amor de tu vida. Escucha, Tess, lo que sea que tu mente te esté diciendo sobre Tommy, no escuches. Ese hombre te ha amado por muchísimo tiempo, y este momento, aquí y ahora, es solo otro capítulo de tu épica historia de amor. Sé que estás pensando demasiado en todo, pero Tess, tienes que escuchar a tu corazón. Tu corazón te dice que te cases con Tommy, y si no fuera así ya te habrías escapado. No te enojes por un sentimiento que no es real, ¿de acuerdo? Entra, luce como la maldita reina que eres, y cásate con el hombre de tus sueños, ¿sí?

Mason era extrañamente inspirador cuando quería serlo.

Tessa lo abrazó con fuerza—. Mase, estoy tan contenta de que seas mi hermano. Te quiero mucho.

—Yo también, Tess —sonrió Mason—. Vamos a casarte.


Tommy estaba sudando.

No era simplemente por el aire húmedo en la iglesia, sino también por los otros factores contribuyentes; la marcada diferencia entre su familia, desordenada, descoordinada y ruidosa, y los parientes de Tessa, que estaban orgullosos de su apariencia y miraban con reproche a la familia de Tommy, como si no pudieran creer lo que estaban viendo.

Una mujer sobresalía en particular; la abuela de Tessa. Una bruja de mujer a quien Tessa solo invitó porque se sentía obligada a hacerlo. Tommy mentiría si dijera que la mujer no lo intimidaba ni un poco, porque para el hombre más temido de Birmingham la mirada paralizadora de esa anciana era suficiente para hacerle cuestionar su cordura.

Vio a su hija entre los rostros familiares, su pelo oscuro y sus ojos azules casi mezclados entre el clan Shelby. Tenía una sonrisa en su rostro, aplaudiendo mientras Isaiah la levantaba de arriba a abajo, haciéndola reír. Verla feliz casi lo hizo olvidar de todas sus preocupaciones.

Ver, bueno no exactamente ver, más bien como escuchar, la voz de Tessa esa mañana había tranquilizado parte de su mente, pero sus manos sudorosas cruzadas delande de él eran un recordatorio de que todavía había algunas cosas que no habían sido erradicadas. Tuvo que fingir que no estaba sudando, y plasmó una sonrisa en su rostro para ocultar sus preocupaciones.

Las campanas de la iglesia comenzaron a sonar, y Tommy apretó las manos cuando Arthur llamó la atencion de su nueva esposa, Linda, y le guiñó un ojo mientras sonreía. Con Linda a su lado, Arthur había corregido sus errores y se había ido por el camino de la iluminación, convirtiéndose en un mejor hombre en el proceso.

A Tommy todavía le quedaba un largo camino por recorrer antes de corregir sus errores.

Escuchó el crujido de las puertas sobre el coro, y su pie comenzó a temblar con ansiedad. Mientras su rostro permanecía impasible, el lenguaje corporal de Tommy mostraba sus verdaderas emociones. Todos los que lo conocían podían ver lo nervioso que estaba, y cómo el estrés de esperar la llegada de Tessa lo estaba comiendo vivo. Cuando las campanas comenzaron a sonar y el coro tocó su primer acorde, el cambio visible en la expresión de Tommy pasó desapercibido para la mayoría.

Y allí estaba, envuelta en telas que la hacían parecer una diosa descendida del cielo; el ángel personal de Tommy. El velo sobre su cabeza ocultaba su rostro de Tommy, lo que lo puso, si era posible, aún más ansioso. Por un terrible segundo, sintió la inconfundible sensación de temor que acompañó el pensamiento de ¿y si no fuera Tessa bajo ese velo?

Ella se paró frente a él, con Mason sonriendo mientras le guiñaba un ojo alegremente. Con una pequeña sonrisa, Tommy tomó la mano que Mason le ofreció, sintiendo los dedos fríos de su futura esposa. Apretando su mano de manera tranquilizadora, los ojos de Tommy se posaron en la figura justo por encima del hombro de Tessa; su abuela seguía mirándolo con desaprobación. Pero en ese momento, con el amor de su vida esperando a que levantara el velo, Thomas Shelby estaba ciego ante cualquier cosa que no fuera el hecho de que se iba a casar.

Tommy siempre había tenido que luchar por los privilegios que tenía, y este no era diferente. Había luchado por el amor de Tessa una y otra vez hasta que finalmente lo consiguió. Aunque lo perdió una y otra vez, se negó a detenerse hasta que lo recuperó, y el resultado final solo demostró que las cosas buenas le llegan a quienes esperan.

Con manos temblorosas, Tommy levantó lentamente el velo, oliendo el perfume de Tessa mientras flotaba hacia él. Siempre había olido bien, una combinación de rosas y menta y el aire libre, y saber que todavía olía así hacía que todo pareciera más real.

Y luego el velo desapareció, cayendo detrás de ella mientras le sonreía. Sus ojos brillaban con emoción, nervios y adrenalina cuando los labios de Tommy se abrieron en una amplia sonrisa. Verla era como respirar aire fresco, o salir victorioso de una pelea, o simplemente ser feliz. Tessa era la felicidad de Tommy, y nunca dejaría que eso se desvaneciera.

—Te ves increíble —dijo Tommy, antes de bajar la voz para que solo ella pudiera escuchar—. Estoy nervioso.

Tessa asintió, dejando escapar una risa—. Yo también. Pero está bien. Lo estamos haciendo juntos.

Le tendió la mano y Tommy imaginó el anillo de bodas que pronto adornaría sus dedos. Tomando su mano temblorosa en la suya, Tommy y Tessa se volvieron hacia el sacerdote y se prepararon para su nueva vida juntos.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora