63 | arthur está muerto

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Tessa escuchó el disparo y se congeló.

No estaba pensando con claridad y corría en la dirección de donde provenía el disparo, esperando que no fuera Tommy o Arthur quien recibiera la bala. Caminando por el pasillo después de obligarse a reducir la velocidad, una figura emergió de una puerta.

—Dios mío, Tommy —dijo Tessa, y luego vio su rostro—. ¿Qué pasó?

—Arthur está muerto.

Y luego el mundo a su alrededor se derrumbó. Tessa se tambaleó y Tommy se abalanzó hacia delante para atraparla mientras Mason aparecía por la esquina—. ¿Qué está pasando? Escuché un disparo.

—Arthur está muerto.

—Mientes —gritó Mason—. ¡Mierda! No mientas.

—No estoy mintiendo —dijo Tommy, todavía sosteniendo a Tessa—. Lleva a Tessa. Necesito encontrar a Polly.

Mason tomó a Tessa en sus brazos mientras ella lloraba en sus hombros—. No puede estar muerto, Mase.

Mason parpadeó, sin saber cómo sentirse. Arthur era su mejor amigo y lo habían hecho todo juntos desde que eran niños. Escuchar que estaba muerto rompió algo dentro de él que no iba a arreglarse fácilmente. Pero en ese momento, consolar a su hermana era más importante.

—Lo sé, Tess —susurró Mason—. Todo está bien.

—¡Nada de esto está bien! —exclamó Tessa, apartándose de Mason—. Nada de esto está bien. ¡Arthur está muerto, Mase! Está muerto.

—Tess, cálmate —dijo Mason suavemente, preocupado por su hermana.

—No puedo calmarme —dijo Tessa—. No puedo tener otro funeral, Mason.

—Está bien, Tess —dijo Mason—. Vamos, deberíamos volver con los demás.

Al regresar al ring, Tessa vio a Tommy deslizarse bajo las cuerdas y levantar un arma en el aire. Disparó varias veces y la multitud gritó—. ¡Cierren las puertas!

—Mierda —murmuró Mason, empujando hacia el frente, con Tessa siendo presionada contra su costado.

—¡Nadie se va! —gritó Tommy—. Mi hermano está muerto. ¿Me escucharon? ¡Mi hermano está muerto!

Tommy se agachó y Charlie Strong se abrió camino hacia el ring, levantando a Tommy mientras luchaba contra él. Tirando de él, Charlie le susurró algo ininteligible y Tommy se calmó.

Tessa se pasó la mano por la cara—. Mase, no me siento bien.

—¿Tess? —preguntó Mason, mientras Tessa se desmayaba en sus brazos—. ¿Tess? Mierda, ¿Tommy? ¡TOMMY!





—No, no te muevas —dijo una voz, mientras el mundo comenzaba a nadar frente a los ojos entrecerrados de Tessa—. Quédate quieta.

Tessa se despertó en un sofá en la sala de estar de su vieja casa. Mirando a su alrededor, solo vio a Ada arrodillada a su lado—. ¿Dónde está Tommy?

—Está organizando el funeral —dijo Ada, vestida de negro—. Has estado durmiendo, Tess.

—¿El bebé? —preguntó Tessa—. Mi bebé...

—El bebé está bien —dijo Ada.

—¿Qué pasó?

—Después de que te desmayaste, Tommy básicamente tuvo un ataque —explicó Ada, sentándose con las piernas cruzadas en el suelo—. Nunca había visto a Tommy tan preocupado. Siguió prenguntando si estabas bien y se fue de tu lado hace una hora. Mason básicamente tuvo que obligarlo a irse.

—¿Cuánto tiempo estuve durmiendo? —preguntó Tessa.

—Dos días.

—¿Dos días? —repitió Tessa.

—Estabas estresada, Tess —dijo Ada—. Nadie te culpa.

—¿Cuándo es el funeral? —preguntó Tessa.

—Empieza en una hora —respondió Ada—. Pero Tommy dijo...

—No me importa lo que dijo —respondió Tessa—. Arthur también era mi hermano.

Ada suspiró—. Tommy me va a matar.

Ada ayudó a Tessa a levantarse, colocando un abrigo sobre sus hombros mientras se dirigían hacia el funeral. El vagón de Arthur fue conducido por Charlie y Curly, y Tessa lo vio pasar con lágrimas en los ojos. Tommy y Mason estaban ausentes, y Tessa se dio cuenta de eso, pero no dijo nada mientras su hija le sostenía la mano.

Una vez que terminó la procesión, Tessa y Ada se acercaron a la casa de Polly para tomar el té y esperar a Tommy y Mason. Sentada en la cocina, Tessa vio a Bella jugar con el tren de jueguete en el suelo.

Nadie sabia cómo actuar sin Arthur, cuya presencia era una constante de la que faltaba mucho ahora que se había ido. Tessa se sentó en silencio, deseando que nada de eso fuera verdad.

Cuando Tommy regresó, suspiró aliviado y se dejó caer en la silla junto a ella, tomando sus manos entre las suyas.

—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien —dijo Tessa.

—¿Y el bebé? —preguntó Tommy.

—Está bien.

Tommy bajó la cabeza—. Pensé que los iba a perder a los dos.

—No puedes deshacerte de mí tan fácilmente —dijo Tessa—, o del bebé.

Mason apareció, sosteniendo una figura que caminaba con una considerable cojera. La expresión de Tessa cambió—. ¿Michael?

—Tess —dijo Michael—. Tommy, he estado intentando pensar en palabras.

—No lo hagas —dijo Polly—. Las palabras no sirven. Michael, estamos en una situación grave, pero Tommy tiene un plan. En lugar de ir a Australia, irás a Nueva York.

—¿Por qué? —preguntó Michael.

—Porque la compañía tiene negocios que atender en Estados Unidos —respondió Ada.

—¿Volveré? —preguntó Michael.

—Tu tren sale en una hora, Michael —dijo Tommy, hablando por primera vez desde que comprobó que Tessa estaba bien—. Tomaste una decisión. Sabías que iban a dispararme y decidiste ocultarlo.

—Elegí a mi mamá —respondió Michael.

—Cuando todo esto termine, todos seremos libres de tomar nuestras propias decisiones —dijo Polly.

—¿Eso es todo? —preguntó Michael.

—Toma el tren a Liverpool y luego el S.S. Munroe —explicó Tommy—. El barco zarpa mañana —le tendió un sobre sin siquiera mirarlo—. Ahora puedes irte.

Michael tomó el sobre, y sin una palabra más salió de la habitación, dejando atrás a la familia que eligió hace mucho tiempo.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora