VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²

64 | la vendetta

—No quiero otro funeral —dijo Tessa mientras ella y Tommy caminaban por el campo hacia donde estaban preparando el vagón de Arthur para quemarlo.

—Lo siento, Tess —dijo Tommy—. Todo terminará pronto. Las cosas se pondrán mejor.

—Puedes decir eso —dijo Tessa—, pero nunca cambia nada. Todo se pone peor.

Permaneció en silencio durante el funeral, y miró fijamente el vagón en el que descansaba el cuerpo de Arthur. Todo se sentía muy familiar, ya que hacía pocas semanas ella estaba haciendo lo mismo por John, solo que esta vez el dolor se sentía peor.

Tessa fue sacada de sus pensamientos cuando alguien gritó—: ¡TOMMY!

—Está bien —dijo Tommy—. Deja que se acerque.

A lo lejos, una mujer cruzaba el campo. Desde su posición, Tessa apenas la reconoció, pero Tommy pareció hacerlo y caminó hacia la mujer que sostenía la bandera blanca de tregua. Dejando escapar un suspiro, Tessa se volvió hacia Mason.

—¿Quién es?

—La Sra. Changretta —respondió Mason.

Tommy volvió con ellos, ecendiendo el fuego del vagón de Arthur. Lo vieron arder durante un rato, lamentando y recordando los días pasados, y cuando las últimas brasas comenzaron a arder suavemente en la ceniza, el grupo se marchó. Tessa permaneció cerca de Tommy, quien caminaba junto a la Sra. Changretta casi como si fueran amigos.

De vuelta en su casa, se sentaron en lados opuestos de la sala de estar, y Tessa se paró detrás de Tommy con una mano en su hombro. Mason, Polly y Finn estaban presentes, mirando a la mujer.

—Su carta hablaba de hacer las paces —comenzó la Sra. Changretta—, pero mi hijo dice que no hay acuerdo. Ustedes mataron a mi esposo y a mi hijo. Nosotros matamos a dos de tus hermanos.

—La vendetta terminó —dijo Tommy.

—Nosotros ganamos la vendetta —continuó la Sra. Changretta—. Tomaremos todo lo que tiene, nos transferirá todos sus negocios. Debes aceptar esto o mi hijo los matará a todos, uno por uno. Incluida su esposa embarazada, Sr. Shelby.

Tessa se mordió el labio, intentando no dejar que el terror ganara. Tommy asintió lentamente—. Ganaron la vendetta. Se acabó. No más muertes.

—¿Quién se cree que es, Sr. Shelby? —preguntó la Sra. Changretta.

Se levantó y se fue, y Tessa dejó escapar un suspiro mientras lo hacía—. Necesito descansar.

Tommy asintió—. Fue un día largo.

—

Al día siguiente, Tessa estaba durmiendo en la oficina de Tommy, tendida en uno de los sofás mientras Tommy y Polly firmaban una gran cantidad de papeles. El siguiente día era crucial, y según lo que ocurriese, uniría o destruiría al clan Shelby.

Cuando Tessa despertó, parecía desorientada—. ¿Qué están haciendo?

—Preparándonos para mañana —respondió Polly.

—¿Qué pasa mañana? —preguntó Tessa, levantándose y dirigiéndose a la silla libre junto a Polly.

—Luca Changretta vendrá a Birmingham —dijo Tommy—. Es nuestro turno.

—Ya tomó las cosas de Alfie Solomons, Sabini, el Titanic —dijo Polly—, de todos.

—Y ahora viene a tomar el control de Shelby Company Limited —dijo Tommy.

—¿Qué vamos a hacer al respecto? —preguntó Tessa.

Tommy y Polly intercambiaron una mirada antes de que Tommy dijera—: Vamos a dejar que lo haga.

—

Reunidos en la destilería, Tommy, Mason, Tessa, Finn y Polly estaban de pie, esperando la llegada de Luca Changretta. Cuando llegó, Tessa dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo, sintiendo que sus manos comenzaban a temblar.

—Todo lo que queda de los malditos Peaky Blinders —dijo Luca riendo.

Se acercó a Tommy hasta que estuvo frente a él, chasqueando los dedos. Un hombre se acercó a la mesa y colocó una serie de carpetas.

—Le pedí a mi abogado que redactara estos documentos que contienen todas las empresas que poseen —dijo Luca—. Pubs, restaurantes, bodegas... cada maldito lugar que conquistaron en todos estos años. Transferirás todo a mi familia, o vas a morir. Aquí mismo. Los hubiera enterrado a todos, pero mi madre... ella te conoce. Dijo que para ti sería peor que te dejara vivo, y que te quitara todo lo que tienes. Revísenlos —dijo mientras le sacaba el arma a Tommy y se acecaba a Polly—. En especial a ella.

Mientras los registraban, Tessa observó a Tommy mirar a Luca, quien se volvió hacia ellos y levantó un bolígrafo.

—Entonces... firmen. Cada uno de ustedes. Pueden firmarlo de rodillas... en el suelo.

Nadie reaccionó, y Luca volcó la mesa con ira. Tessa se estremeció ante la repentina demostración de violencia y dio un paso atrás, sintiendo como Mason la agarraba del brazo.

—¡Arrodíllate y firma! —gritó Luca.

Tommy se dejó caer al suelo—. Un amigo mío me dijo una vez... que los grandes joden a los pequeños. Así que tuve que encontrar a alguien que fuera más grande que tú. Ahora, tal vez sepas que hay dos familias en Brooklyn que quieren hacerse cargo de tu monopolio sobre la importación de licor en Nueva York.

—Si se enfrentan a ti en Nueva York —dijo Polly—, iniciarán una guerra entre las familias.

—Pero si murieras en una vendetta contra un maldito corredor de apuestas en Birmingham —continuó Tommy—, podrían hacerse cargo de tu negocio sin una guerra.

—También nos contactamos con un hombre de negocios en Chicago —agregó Polly—. Él también está interesado en meterse en el negocio del licor en Nueva York.

—Su nombre es Alfonso Capone —dijo Tommy.

—¿Has estado hablando con ese gordo de mierda? —preguntó Luca.

—Todos los parientes que trajiste de Nueva York están muertos, Sr. Changretta —dijo Tommy—. Y estos hombres —señaló por detrás de Luca—, trabajan por dinero para el mejor postor. Ahora tienen nuevas órdenes.

—¿Es cierto? —preguntó Luca, volviéndose hacia sus hombres—. ¿Daniel? ¿Y tú, Matteo? —luego se volvió hacia Tommy—. Hijo de...

Y en un segundo estaba alcanzando su arma, Tommy la tiró y los dos comenzaron a pelear, y Tessa estaba siendo empujada hacia atrás por Mason.

Nadie notó que una figura aparecía en la puerta, una silueta contra la luz del día que entraba por el cristal. Un fantasma se había levantado de entre los muertos para terminar la vendetta.

Arthur Shelby estaba vivo para dar el disparo final.