22 | parche áspero

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Cuando Tommy entró al comedor la mañana siguiente, encontró a la criada, Mary, preparando cubiertos para el desayuno.

—Solo estás colocando un plato —dijo Tommy—. ¿Tessa no se unirá para el desayuno?

—Su esposa se fue, señor —le informó Mary, todavía tendiendo cuchillos y tenedores—. Temprano esta mañana.

—¿No pensaste en detenerla? —preguntó Tommy.

Mary sacudió la cabeza—. Parecía tener mucha prisa, señor. Se llevó su auto.

—¿Por qué la dejaste ir? —exigió Tommy.

Mary no contestó.

Tommy suspiró, aprentando los puños cuando Bella entró al comedor y le rodeó la pierna izquierda con los brazos—. Papi, ¿dónde está mamá?

—Se fue, cariño —respondió Tommy, colocando su mano sobre la cabeza de su hija—. Pero no te preocupes, la encontraré.





Tessa se sentó en la cocina de Polly con la cabeza entre las manos.

—Reaccioné exageradamente, a lo grande —dijo Tessa—. Según lo que sé, Tommy estaba a punto de decirle que se fuera; pero no, porque la gran boca de Tessa tuvo que ponerse loca cuando estaba borracha y explotar por completo.

Polly dejó una taza de té delante de la mujer—. Estoy segura de que todo estará bien.

—Ni siquiera sé si se fue —continuó Tessa—. No sé cuándo se fue o si pasó la noche. Podría haber dormido en nuestra cama, con Tommy, pero no lo sé.

—¿No viste su auto cuando te fuiste? —preguntó Polly.

—Estaba oscuro —respondió Tessa.

—Escucha —dijo Polly, colocando su mano sobre los nudillos temblorosos de Tessa—, no entiendo cómo llegaron tan lejos, pero lo que sí se es que ustedes comparten un vínculo diferente a todo lo que he visto. A veces me preocupa la forma en que ustedes dos actúan, porque por un momento se gritan porque alguno emparejó mal los calcetines, y al siguiente están tan enamorados como cuando eran adolescentes.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó Tessa.

—Estoy diciendo que Tommy no se habría casado contigo si pensara que hay alguien mejor para él —respondió Polly—. Y tú no te hubieras casado con él si no hubieras tenido la máxima fe en su compromiso contigo como esposo y como padre de tu hija.

Las manos de Tessa se enredaron en su pelo—. Cometí un gran error. No debería haber actuado como lo hice.

—¿Cuántas veces Tommy tenía chicas arrojándose a él cuando tú tenías la edad de Michael? ¿Y a cuántas de ellas le dio una segunda mirada después de que estuvo contigo? —preguntó Polly—. La respuesta es ninguna, porque ese chico te mira como si fueras el maldito universo, y tal vez sea la resaca hablando o el alcohol restante en mi sistema, pero sin ti, Tommy no sería el hombre que es hoy. ¿Entiendes?

—Sí —dijo Tessa—. Solo... siento que siente que está atado conmigo; como si no tuviera ninguna libertado ahora que está casado. A veces creo que solo lo hizo por el bien de Bella.

—Incluso si no tuvieras una hija, no habría importado —dijo Polly, acariciando la mano de Tessa—. Tommy te ama, Tessa, y lo ha hecho desde que era un niño. Puede que le haya tomado un tiempo, pero todo lo que les pasó a ambos los llevó a su matrimonio. La dinámica sigue siendo la misma, no debes olvidarlo. Se casó contigo porque quiere estar contigo, entonces ¿por qué demonios crees que se acostará con una rusa con la que está haciendo negocios?

—No la viste, Pol —espetó Tessa—. Envuelta en el sofá, prácticamente rogándole...

—¿Pero él lo hubiera hecho? —preguntó Polly—. No, porque Tommy sabe que se las vería conmigo si lo hiciera.

—Supongo que debería disculparme —dijo Tessa—. Después de todo, fui yo la que causó todo esto.

—Ni siquiera recuerdo lo que sucedió ayer —admitió Polly—. Todo es borroso.

—Fue salvaje —dijo Tessa, con una leve sonrisa en su rostro—. Estabas loca.

—¿Estaba tan mal? —preguntó Polly.

Tessa asintió—. Peor.

—Cielos, no puedo esperar a escuchar la opinión de Tommy —dijo Polly, poniéndose de pie—. ¿Te gustaría desayunar?

—Por favor —dijo Tessa—. Tommy convocará una reunión familiar y nos dirá algo.

—¿A quién le importa? —preguntó Polly—. Tommy Shelby puede irse de siete maneras diferentes al infierno si cree que no voy a protestar.

—Y todo fue por la maldita Linda Shelby —dijo Tessa, agitando los brazos dramáticamente antes de hacer una mueca—. Auch. Mi cabeza.

—Linda —dijo Polly—. Al menos tenemos a quien culpar si Tommy nos dice algo.

—¿Le tienes miedo? —preguntó Tessa.

Polly rió—. Tengo miedo de lo que podría hacerle si me molesta.

Tessa se echó a reír—. Por supuesto. Bien, me aseguraré de estar alejada.

—Deberías hacerlo —dijo Polly—. Si crees que tú y Tommy tuvieron malas discusiones, no has visto nada.




—Entonces la criada es la que me dice que Tessa se escapó a primeras horas de la mañana —le informó Tommy a su hermano, su tono claramente mostrando lo enojado que estaba.

Después de que su esposa tomara su auto y, por lo tanto, su único medio de transporte, Tommy tuvo que llamar a Arthur para que lo recogiera, sabiendo muy bien que conducir con John era una sentencia de muerte. En el corto viaje a Watery Lane, Tommy le contó a su hermano lo que había sucedido la noche anterior.

—Te lo digo, Tommy —dijo Arthur—, esa chica está jugando con tu cabeza.

—¿Tessa?

—La duquesa —respondió Arthur—. Está intentando que hagas algo de lo que terminarás lamentando.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Tommy.

—Sé de mujeres —dijo Arthur—. Y cuando una mujer así mira a alguien como tú como ella lo hace, solo significa problemas.

—¿Qué significa eso? —preguntó Tommy, insultado por la declaración de Arthur.

—Estás casado —dijo Arthur—, con la mujer de tus sueños. Esta duquesa está intentando seducirte y hacer que Tessa y tu rompan, es una perra celosa.

—No iba a dormir con ella —dijo Tommy—. Le iba a decir que se fuera.

—¿Cuándo? ¿Después de que te robase un par de besos? —preguntó Arthur.

—Tampoco iba a besarla —dijo Tommy—. Amo a mi esposa, y no sé por qué todos suponen que terminaré engañándola. No lo haré, ¿de acuerdo? Incluso Tessa cree que lo haré.

—No le diste exactamente mucha confianza, lo que sugería lo contrario —dijo Arthur—. Si lo que me dijiste es cierto...

—Lo es.

—Entonces, si yo fuera Tessa y estuviera borracha, probablemente habría pensado lo mismo —dijo Arthur, girando hacia Watery Lane—. Mira, si quieres mi consejo...

—No.

—Habla con ella. Explícale —continuó Arthur—. Las mujeres se vuelven locas cuando otras mujeres están involucradas. Créeme. Solo habla con ella y resuelve las cosas.

Tommy abrió la puerta cuando Arthur detuvo el auto—. Por una vez, podría escuchar tus consejos.

—Qué puedo decir —dijo Arthur con orgullo—, soy un hombre diferente.

Los ojos de Tommy se agrandaron—. Todo por una maldita mujer.

—Te lo digo, Tommy —dijo Arthur, uniéndose a su hermano mientras caminaban hacia la puerta de la casa de Polly—. Nuestras mujeres serán nuestra ruina. Son demasiado poderosas para su propio bien.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora