VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²

44 | mano negra ensangrentada

Lo primero que notó Tessa cuando ella y Tommy entraron en la habitación contigua fue el olor a sangre fresca.

Tommy se detuvo bajo la luz y esperó a que el chef se diera la vuelta y lo enfrentara—. Querías saber si los invitados llegarían antes o después del discurso del rey, ¿verdad?

—Sí —dijo el chef.

—Será después —le informó Tommy, observando cómo el chef comenzaba a preparar sus cuchillos—. ¿Cómo estás?

—Solo... preocupado por mañana —respondió el chef.

Tommy se paseaba mientras Tessa permanecía de pie junto a la puerta. Toda la sangre comenzaba a hacerla sentir un poco enferma, pero no quería irse.

Tommy señaló la puerta—. Sí. A mi me preocupa Antonio —el chef se rió pero no dijo nada, comenzando a cortar la carne—. Llevan dos meses aquí y no los conocía. Es mi culpa, estuve ocupado —dio un paso adelante y extendió su mano—. Tommy Shelby.

El chef miró la mano de Tommy y luego su rostro, intentando ver si hablaba en serio o no—. Mis manos tienen sangre.

—Las mías también —respondió Tommy, dándole la mano al chef. Tessa saltó ligeramente cuando Tommy atrajo al chef hacia él—. Oye, ¿cuánto le pagas a Antonio?

—No lo recuerdo —respondió el chef, mirando a Tessa.

—Debe ser mucho —dijo Tommy—. Le di diez libras y no le importó. Tal vez no eres tú quien le paga.

El chef se movió hacia donde colgaban los animales, comenzando a tomarlos mientras Tommy observaba.

—Estuve leyendo tu currículum: Bertorelli, Claridge... trabajaste en un lugar llamado San Marcos en la calle Fleet. Solía conocer al hombre que era dueño de San Marcos. Un hombre llamado Darby Sabini.

—Nunca lo conocí —respondió el chef, evitando el contacto visual con Tommy.

—No —dijo Tommy, como si esperara esa respuesta—. Tal vez tu asistente, Antonio, si lo conoce.

El chef comenzó a moverse, intentando pasar a Tommy, pero fue inmediatamente agarrado y sujetado contra la pared.

—¡Tommy! —gritó Tessa, dando un paso adelante.

—¿Tengo razón? —preguntó Tommy—. Antonio fue enviado desde Nueva York.

—No lo sé, por favor —rogó el chef.

—Darby Sabini lo facilitó. Te lo encargó y te dijo que lo trajeras a mi casa —dijo Tommy en voz baja—. Amenazó con matarte si no lo hacías. ¿Quieres que te deje como a ese maldito ciervo?

—Por favor —rogó el chef.

—Has escuchado de mi —dijo Tommy, y el chef asintió—. ¿Sabes lo que hago? —el chef asintió una vez más—. Querías saber cuándo llegarían mis invitados porque Antonio nos necesitaba a mí y a mi esposa solos. Es un asesino. El plan es matarnos a los dos, mañana.

—No lo sé —dijo el chef—. Ellos solo me dijeron que lo traiga.

—Bueno, tráelo aquí —dijo Tommy.

—Antonio —dijo el chef, antes de que comenzara a gritar en italiano.

Tommy agarró un gancho de la mesa y Tessa se movió para pararse a su lado, su respiración era rápida—. Pase lo que pase, quédate atrás, ¿de acuerdo? —dijo Tommy, colocando una mano sobre el estómago de Tessa y empujándola hacia atrás.

La puerta se abrió y Tommy esperó unos segundos mieintras Antonio le respondía al chef, una vez más, en italiano. Cuando Tommy se movió y empujó a Tessa contra la pared, se avalazó sobre Antonio, clavándole el gancho en el hombro.

Cuando Antonio gritó de dolor, Tessa dejó escapar un grito de asombro mientras Tommy lo giraba y lo golpeaba en la mesa junto a Tessa. Tropezando hacia atrás, los ojos de Tessa se abrieron en estado de shock. Una vez más, se tambaleó a un lado cuando Tommy arrojó a Antonio sobre la mesa, dejándolo deslizarse a través de las bandejas de carne y en el piso antes de que lo volviera a levantar y lo apoyara en la mesa.

Tommy tomó su arma—. ¡Eres una Mano Negra! ¡Eres una Mano Negra! ¿Cuántos vinieron de NUeva York? ¿Cuántos?

—Vaffanculo —espetó Antonio en italiano.

—¿Qué acaba de decir? —le preguntó Tommy al chef, apuntando con su arma al hombre que tamblaba contra la pared—. ¿Es una maldición o un número? ¿Qué dijo? —Antonio intentó alejar a Tommy pero no fue lo sufcientemente fuerte—. ¡Mierda! ¿Qué dijo?

—Dijo "vete a la mierda" —respondió el chef.

—¡¿Sí?! —gritó Tommy, antes de apuntar el arma y apretar el gatillo.

Cuando el arma se disparó, Tessa se resbaló sobre un charco de sangre y cayó al suelo. La sangre salpicó la cara de Tommy cuando las manos de Tessa se deslizaron en la misma sustancia, moviéndose en todo tipo de dirección mientras luchaba por no caer aún más en el charco carmesí. Tommy no le prestó atención mientras caminaba hacia el chef con el arma levantada.

—La Mano Negra significa asesinar o ser asesinado —dijo Tommy—. Regresa a Londres. Dile a Darby Sabini que eligió el lado equivocado en esta guerra. Una vez que hayamos tratado con los estadounidenses, iremos por él. Adelante, vete —el chef se puso de pie y Tommy lo vio irse—. Si le dices a alguien más, ¡iré a buscarte!

Tessa finalmente se puso de pie, mirando a Tommy con horror—. Eso fue... horrible.

—Lo siento —dijo Tommy, caminando hacia su esposa y atrayéndola hacia él—. Tess, eramos tú y yo o él. Lamento que hayas tenido que ver eso.

Tessa dejó escapar un suspiro—. No creo haber visto nada tan brutal como eso. Lo siento.

—No tienes que disculparte —dijo Tommy, su pulgar rozó la mejilla de Tessa, dejando una mancha de sangre—. Ve arribe. Toma una ducha y cámbiate.

—¿Qué pasará ahora, Tom? —preguntó Tessa, su voz era tranquila—. ¿Qué vamos a hacer?

—Prepárate —dijo Tommy—. Y luego agarra todo lo que necesites. No podemos quedarnos aquí.