14 | soldado de juguete roto

1.4K 88 0
                                    

Tommy había visto muchas cosas que deseaba no haber visto, pero ninguna cantidad de actos de violencia o cortes brutales podrían prepararlo para ver a su esposa acostada en una cama de hospital, con los ojos cerrados y el pelo extendido alrededor de su cabeza como un halo.

Acercó una silla y se sentó junto a su esposa, tomó su mano entre las suyas, pasando los dedos sobre la piel suave de su palma.

Si pensaba que la guerra era mala, ver a su esposa así era un nuevo tipo de tortuta que solo Tommy sentía.

—Lo siento —comenzó Tommy, llevando la mano de Tessa a sus labios y besando el dorso de su mano suavemente—. Lo siento tanto. Todo esto es mi culpa. Sabes, nunca fui bueno hablando ni expresando cómo me siento. Pero voy a intentarlo, porque el doctor dijo que hablarte es bueno. Entonces aquí va. Tessa, lamento que esto te haya pasado. Lamento haberte arrastrado a esta vida. No merecías nada de esto, y si yo fuera el hombre que quieres que sea, ya habría firmado los papeles de divorcio.

Tommy levantó su mirada y la enfocó en su esposa.

—Pero no hice eso. Porque te necesito. Siempre me enorgullecí de no necesitar a nadie, pero diablos, Tess, te necesito. Me mantienes cuerdo incluso cuando quiero perder los estribos —casi al borde del llanto, añadió—: Desearía haber sido más cuidadoso. Tal vez en cierto modo tengo suerte, porque te quité el collar. Tal vez, debido a que no lo llevabas puesto, el coma es la siguiente peor cosa que podría haber sucedido. Todo esto por una estúpida joya... Tess, despierta, porque no sé qué hare sin ti. ¿Cómo se supone que debo cuidar a Bella cuando ni siquiera puedo cuidar de mi o de ti? No puedo hacer esto solo Tess, así que necesito que luches. Necesito que vuelvas a mi. Te necesito. Por favor, sé que nunca hice nada para ser digno de la atención de Dios, pero si él está allí arriba, rezaré hasta que no pueda hablar, porque no puede alejarte de mi. Eres la luz de mi oscura vida, Tess, y no puedo vivir sin ti.

La voz de Tommy se rompió por la tensión y dejó escapar un sollozo ahogado.

—Por favor, vuelve a mi.

Tommy apoyó su frente contra la mano de Tessa, todavía apretada entre las suyas. Se aferraba a ella como si estuviera tratando de extraer algo de la vida en sus venas; tratando de impulsarla a la vida como lo haría como un auto.

Pero Tessa no era un auto, era humana. Una humana vulnerable con una masa de vendajes alrededor de su torso para demostrarlo. Su recuperación no sería fácil, y Tommy sabía que, en el caso de que su esposa despertara, tendría que hacer todo lo que estuviera en su poder para asegurar su recuperación.

Por ahora, sin embargo, necesitaba dejar que su cuerpo trabajara. Necesitaba dejarla sanar a su propio ritmo y, con suerte, en el futuro cercano, los ojos en los que Tommy podría perderse se abrirían una vez más.





Tommy fue a la tienda de apuestas después de ver a Tessa con la intención de transmitirle las noticias a su familia. Cuando entró, solo pudo pronunciar dos palabras.

—Está viva.

John forzó un trago en sus manos y Tommy lo aceptó agradecido, necesitando beber para olvidar. Tendría que volver a su casa y ver a Bella, pero no quería dejar a Tessa. También necesitaba dormir, pero sabía que no podría hacerlo cuando sentía que su cabeza estaba a mil por hora.

Al regresar al hospital más tarde esa mañana, Tommy prometió llamar a Mason si algo cambiaba y lo envió a su casa. Polly también se fue, a pesar de las protestas de su parte. Tommy permaneció en el hospital, y después de que cambiaran a Tessa a una habitación privda, se durmió en la silla junto a su cama. Cuando sus ojos se cerraron, juró que sintió los dedos de Tessa moverse, pero cuando abrió los ojos, todavía estaba durmiendo.

Tommy apretó la mandíbula antes de volver a quedarse dormido, plagado de pesadillas en las que se vió obligado a revivir el momento del disparo con vívidos detalles. Los sueños continuaron cambiando, a veces con la cara de Tessa, sus hermosos rasgos contorsionados en la máxima expresión de odio mientras decía: "esto es tu culpa", y "podrías haberme salvado".

Tommy dormía en intervalos, despertando cada vez que Tessa le decía en sus sueños que todo era su culpa. Pero todo lo que ella decía, Tommy ya se lo había dicho a sí mismo, pero escucharlo de ella, aunque era solo un sueño, se sintió mucho más doloroso.

Ada se acercó a las ocho de la mañana, cinco horas después de que Tommy lograra conciliar el sueño, y le dio una canasta de sándwiches que hizo para asegurarse de que no muriera de hambre en la espera. Colocando la canasta a su lado, Tommy simplemente le agradeció a su hermana antes de volver su atención hacia Tessa.

Ada puso una mano sobre su hombro—. Va a salir de esto, Tommy. Sé que lo hará.

Tommy dejó caer la cabeza contra el estómago de Ada, y ella le pasó la mano por el pelo, suspirando. Tommy se esforzó tanto por mantener su fachada que la más leve grieta en su armadura hizo que se derrumbara, y en ese momento, en esa misma habitación de hospital con los dedos de Ada enredados en su pelo, como lo hacía Tessa, Tommy se estaba cayendo a pedazos más rápido que nunca. Tessa generalmente era la que lo ayudaba a reparar lo que se estaba desmoronando, pero ahora no era capaz de hacerlo.

Sin su pegamento para mantenerlo unido, Tommy Shelby no era más que un soldado de juguete roto.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora