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Tommy no podía dormir. Lo había intentado, pero no había sido capaz de quedarse dormido como Tess, quien había estado durmiendo durante horas.

Cuando se acercó la madrugada, Tommy se dio vuleta y la miró, acercándose para quedar cerca de su estómago. Anhelaba tocarlo pero tenía miedo de despertar a Tessa, aunque eso no lo frenó.

—Hola, pequeño shelby —susurró Tommy—. No he sido un buen padre durante los últimos meses. He estado ocupado mentalmente, lidianco con cosas. Pero tu mamá es la mejor mujer que he conocido. Es como mi ancla, me mantiene contectado a la tierra. Eres tan, tan afrortunado de tenerla como madre, y sé con certeza que te amará más que a nada. Cuando llegues prometo ser el mejor papá que pueda ser. No solo porque siento que me lo debo a mí mismo, sino porque te lo debo a ti. Tú y Bella, tu hermana, son lo que mantiene unida a esa familia. Estoy bastante seguro de que tu mamá me habría dejado hace años si tú y tu hermana no hubieran aparecido. Te pondremos el nombre de mi hermano, John. Fue uno de los mejores hombres y murió por mi. Por una cosa muy estúpida que hice.

Tommy suspiró antes de continuar.

—No me importa si creces para odiarme por lo que he hecho, porque ya me odio a mí mismo. He arrastrado a tu madre a través del infierno y la hice pasar por cosas que nunca habría visto o presenciado si no me hubiera conocido. Por eso la amo, porque no tiene miedo de luchar a mi lado, incluso cuando no estoy exactamente cuerdo. Solo quería que supieras todo esto porque no soy muy bueno para expresar mis emociones. Te amo, amo a tu mamá y a tu hermana, de verdad, pero es difícil expresarlo. Incluso si soy el padre más malo del mundo, siempre te amaré. Lo prometo, no volveré a fallarles, porque ninguno de ustedes merece eso. Voy a ser un mejor hombre y me arreglaré a tiempo para tu llegada. No puedo esperar para conocerte —dijo Tommy—. Y recuerda que te amo. A todos ustedes.





El nacimiento del bebé de Tessa llegó antes de lo esperado, y ella estaba parada en la tienda de apuestas cuando rompió agua. Tommy había vuelto al trabajo poco después de que él y Tessa resolvieran sus problemas y las cosas habían ido bien.

Mason pasó junto a Tessa y se rió cuando vio el charco en los pies de su hermana—. Tess, te orinaste —luego pareció darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo, arrojando sus papeles sobre un escritorio y gritando—: Mierda. ¡TOMMY!

—¿Dónde está Polly? —preguntó Tessa, mientras Mason la tomaba del brazo—. Tiene que estar aquí.

—Mierda, no lo sé —dijo Mason—. Puedo ir a bsucarla.

Tessa agarró a su hermano—. No me dejes. No quiero hacer esto sola.

Mason agarró a uno de los Peakys y empezó a gritar órdenes—. Ve a buscar a Tommy y Polly, diles que es urgente, que viene le bebé.

Mason no tenía idea de qué hacer, y Tessa estaba explicando lo que necesitaba mientras se sentaba en el sofá de la sala de estar de Polly—. Mierda, esto es peor que la última vez.

—Será más fácil —dijo Mason—. Ada me dijo que el segundo hijo simplemente se te escapa.

—Eso no es cierto —dijo Tessa, cuando una contracción la golpeó—. Mierda. ¿Cómo sabría ella si solo tuvo uno?

—Está bien, que no cunda el pánico —dijo Mason, preso del pánico—. Estamos perfectamente bien.

—¡No estamos bien! —gritó Tessa—. No tengo a mi esposo ni a Polly, y estoy a punto de dar a luz. Y tú estás corriendo por todos lados y estoy a punto de dar a luz a un ser humano, literalmente.

—Lo siento, ¡no sé cómo ayudar! —espetó Mason—. Al menos estoy aquí.

Tommy y Polly llegaron no más de diez minutos después, justo a tiempo. Mason se fue, agradecido de no tener que ser testigo del parto, mientras Tommy se arrodillaba junto a Tessa y Polly le indicaba que empezara a pujar. Veinte minutos más tarde, después de muchos gritos y maldiciones de todas las partes involucradas, Tessa estaba sentada en el sofá sosteniendo a su hijo en brazos. Tommy todavía estaba de rodillas junto a ellos, mirando a su bebé.

—Al menos no te perdiste este —dijo Tessa bromeando—. A diferencia de la primera vez.

—Eso fue un accidente —dijo Tommy—. Y me alegra haberme perdido el primero. Eso fue horrible.

Tessa dejó escapar un suspiro—. Lo sé.

—Pero está aquí —dijo Tommy—. Y está bien.

—Sí —dijo Tessa—. Deberíamos dejar entrar a la gente.

—¿No quieres limpiarte primero? —preguntó Tommy—. Estás sudando.

—¿En serio? —preguntó Tessa sarcásticamente—. No tenía ni idea, ¿me pregunto por qué? No creo que sea porque empujé a un bebé fuera de mi cuerpo.

—Muy bien, lo siento —dijo Tommy—. No seas tan sarcástica.

Tessa cerró los ojos—. Déjalos entrar de a poco. Me duele la cabeza.

Las presentaciones del bebé se desarrolaron sin problemas y todos prácticamente se echaron a llorar cuando escucharon su nombre. Fue Arthur quien se emocionó más, sosteniendo al bebé en sus brazos y observándolo.

—Qué hermoso bebé —dijo Arthur con lágrimas en los ojos—. Una excelente manera de recordar a nuestro John. El nombre es perfecto, Tess.

—Gracias —dijo Tessa sonriendo—. Ni siquiera tuve que pelear con Tommy por el nombre. John Shelby Junior es ahora oficialmente un miembro de la familia Shelby.

Arthur se rió, devolviéndole el bebé a Tessa—. Cuídalo.

—Lo haré —dijo Tessa, mirando a su bebé dormido—. Es más silencioso que nuestro John.

—Y más bonito —dijo Tommy—. John era feo.

Tessa se rió—. Se respetuoso con el difunto.

—Estaba bromeando —dijo Tommy, sentándose junto a Tessa mientras Arthur se despedía de ellos—. ¿Qué hacemos ahora, Tess?

—Bueno, todavía no hemos encontrado nuestro final violento —dijo Tessa—. Así que diría que deberíamos seguir haciendo lo que estamos haciendo y esperar lo mejor.

Tommy sonrió—. Eso suena bien.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora