28 | construyendo puentes

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Un mes y medio después de que Tommy y Tessa hablaran en la cocina, Tommy había mejorado significativamente su salud. Por supuesto, era adicto a la morfina, recurriendo a la misma cada vez que sentía dolor, lo que ocurría con más frecuencia de lo que Tessa pensaba.

Su relación había comenzado a sanar gradualmente, reparando las grietas y construyendo lo que había antes. Fue difícil, pero el hecho de que el negocio había cesado mientras Tommy se recuperaba, significaba que estaba más relajado de lo que había estado en semanas.

Una mañana, Tommy y Tessa estaban acostados en la cama, con Bella entre los dos. Tessa notó que Tommy miraba su mesa de noche, más específicamente la medicina que estaba sobre ella, y rodó sobre su costado, apoyando su cabeza con su codo.

—Tommy, ¿qué pasa? —preguntó Tessa suavemente.

—Estoy pensando... no puedo depender de la medicina cuando tengo mi propia enfermera personal —dijo Tommy, tirando las sábanas y poniéndose de pie—. Regresaré en un minuto.

Tessa lo observó caminar hacia el baño, pero no lo vio verter la medicina. Ahora que estaba mejor, los negocios comenzarían nuevamente, y para abordar asuntos de gran importancia necesitaría una mente clara.

Al salir del baño, Tommy levantó a su hija del centro de la cama y la apoyó en su cadera—. Vístete, Tess. Bajaremos a desayunar.

Tommy se llevó a Bella después de vestirse, dejando a Tessa para prepararse. Cuando estuvo presentable, bajó las escaleras y encontró a Johnny Dogs en el pasillo—. ¿Johnny?

—Ah, Tess —dijo Johnny, abrazando a Tessa con fuerza—. No te veo desde que te dispararon. ¿Cómo estás?

—Estoy bien —dijo Tessa, sonriendo cuando Johnny la soltó—. Muy bien.

—Eso es bueno —respondió Johnny—. Pasó un tiempo.

—Sí —dijo Tessa—. Si no te importa, tengo que encontrar a Tommy.

—Me mandó a buscarte —dijo Johnny—. Caminaré contigo.

Tessa asintió y encontró a Tommy en el comedor con Bella sentada en su regazo. Frunciendo el ceño, Tessa le arrebató el cigarrillo de los dedos y lo apagó—. Te dije que no fumes cerca de Bella.

—Y yo dije que haré lo que quiera —dijo Tommy—. Johnny, iremos a los jardines para hablar. Es mucho más privado allí. Tess, ¿puedes llevarte a Bella?

—Sí —respondió Tessa—. ¿Puedo preguntar qué está pasando?

—Se trata del robo —respondió Tommy—. Cavaremos un hoyo debajo del Palacio de Hampton Court.

—Ah —respondió Tessa, tomando a su hija—. ¿Y esperamos a alguien hoy?

—Tal vez Mason, Arthur y John —dijo Tommy, empujando su silla hacia atrás y poniéndose de pie—. Eres bienvenida a unirte a nostros.

—Estoy bien —dijo Tessa—. Puedes informarme más tarde. Le haré compañía a Bella.

Después de despedir a Tommy, Tessa se dirigió al camino de entrada, en donde se dispuso a enseñarle a jugar a la pelota a su hija, cuando algunos autos aparecieron a la distancia.

Al salir de los vehículos llegaron John, Mason, Michael y Arthur, a quienes Tessa saludó con una sonrisa y señaló la puerta principal.

—Está abierto. Entren y siéntanse como en casa —dijo Tessa.

—¿Dónde está Tommy? —preguntó Arthur.

—En los jardines con Johnny Dogs —respondió Tessa.

VIOLENT ENDS | Thomas Shelby ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora