En esa prueba podíamos traer a alguien para que nos ayudara. Cuando terminó el tiempo de elección, todos los soñadores nos reunimos en la entrada del túnel. Había una colorida luz que no lastimaba la vista, por donde entraban las parejas de cada uno. Y entonces, lo vi. Corrí a abrazarlo lo más fuerte que pude.
—¿Qué pasa cuando mueres? —Me costaba respirar, creí no haber pensado en él durante la manifestación.
—Oh, querida... quisiera poder decírtelo, pero en realidad no estoy aquí. Estoy hecho de los recuerdos de tu subconsciente. —empecé a llorar.
—No me importa. Gracias por venir.
—Gracias por elegirme, yo también quiero estar contigo.