Así le decían a mi abuelo en Pozo de Ibarra, porque siempre que salía a caballo se robaba mujeres de la calle. La gente cuenta, que un día mi abuelo agarró a una bruja, la cual intentó vengarse de él quemando su casa. Dicen también, que mi abuelo sabía cómo tratar con las brujas, así que la derribó de su bola de fuego, y la persiguió hasta un cerro. Donde la mujer embrujó a un toro, con el cual mi abuelo luchó hasta matarlo para luego comérselo todo él solo al día siguiente.