119. Señorita Esmeralda

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Muy bonita, siempre me había gustado, pero ella era de clase alta, y les hacía el feo a todos. Todos los fines de semana ella y su familia se la pasaban viendo los duelos entre caballeros.

Entonces empecé a entrenar para luchar en ellos. Luego de un año me volví el campeón del pueblo, ya no era un campesino pobre y flacucho. Empecé coquetearle, pero me rechazó.

Me deprimí bastante, dejé de entrenar, volví a mi granja, donde sólo cuidaba de ella y me pasaba las tardes tirado leyendo historias.

Un día la reina vino de visita para ver el nuevo jardín botánico que yo estaba haciendo. Se corrió la noticia y muchas otras personas vinieron también, incluida Esmeralda.

Me saludó con un abrazo por la espalda y dijo: ahora sí te quiero, mi granjero.

Diario de SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora