Tengo una tienda que hace publicidad, y una vez llegó una elfa embarazada pidiéndola. Le pregunté si tenía el diseño y las medidas o si gustaba que la ayudáramos con eso. Confundida, dijo que quería saber si tendría un niño o niña.
Se me escapó una risita, y le expliqué que ella buscaba una ecografía. Le dibujé un croquis del consultorio más cercano, y la acompañé a la salida indicándole para dónde caminar. Se rio avergonzada y se fue.