Me lesioné una pierna mientras daba clases de taekwondo, no pude seguir dándolas, y necesitaría una costosa cirugía para recuperarme, por lo que empezó a faltarme dinero. Tanto, que vendí varias de mis cosas en un tianguis. Ahí, compré una pequeña y rara linterna.
La linterna me mostraba entradas secretas en donde apuntaba su extraña "luz". La usé en una cueva del Cerro de San Juan, y encontré un túnel con piedras preciosas que yo no conocía. Todos los joyeros me las compraban. Así que comencé a llevarme algunas cada que podía. Conseguí el dinero para mi operación, pero alguien me estuvo espiando y me asaltó.
Logré huir golpeándolo con mis piernas, pero lamentablemente no pudeoperarme, porque el médico dijo que el daño de mi pierna ya era incurable.