100. Sueño Íntimo

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Perdí de vista a Karla mientras la perseguía entre la hierba alta. Ahí supe que estaba soñando, pero no quise despertar. Encontré un gigantesco árbol, y bajo su sombra estaba un niño.

Era mi yo de siete años. Dijo que estaba triste y enojado, porque lo molestaron en la escuela. Luego, se volvió un adolescente, y dijo que se sentía estúpido, por ayudar a una chica que nunca le hizo caso. Volvió a ser un niño casi de inmediato.

—Perdóname, Alf. —lo abracé.

—¿Por qué?

—Por no haberte cuidado bien —empecé a llorar—. Por dejar que abusaran de ti, y todo lo demás.

—Qué raro eres —arrugó la carita mientras también me abrazaba.

Me hinqué para verlo de frente tocándole el hombro.

—Pero aun así lograrás muchas cosas, y ya nos estoy cuidando mucho mejor. Te prometo que así seguiremos, yendo por lo que nos falta.

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