Era un topo del tamaño de un oso, que llegó junto a la invasión de monstruos. Él y sus otros topos secuestraron Jala, donde cultivaban y almacenaban los cacahuates que robaban de otros lugares.
Su obsesión por tener todos los cacahuates que pudiesen era peligrosa. Ellos fueron los que atacaron la fábrica de "Dulces De La Rosa" en Jalisco. Pude ver cómo hasta asaltaron a un viejo para quitarle el costal de cacahuates que vendía en la Plaza Antigua de Tepic. Esto hacía casi imposible para Diego conseguir sus preciados cacahuates.
Al final pudo comprarle una cubeta de cacahuates a un señor de la carretera.Pero al anochecer un topo nos persiguió para quitársela. Diego se hartó y se agarró a putazos contra el topo hasta que lo noqueó, triunfante y satisfecho.