Un cocodrilo me atacó cuando llevaba un refrigerador nuevo para mi abuela. Fue desastroso, era de noche, estaba lloviendo y el camino se inundaba. Encontré a unas personas que me ayudaron espantar al cocodrilo, golpeándolo y picándolo con palos.
Mi abuela no hablaba cuando llegué a su casa, y estaba muy abrigada. Supongo que estaría enferma. Yo me preparaba para tomar un baño caliente cuando escuché mucho ruido en la cocina. Mi abuela no estaba ahí, pero sí un enorme cocodrilo.
Me persiguió fuera de la casa. Encontré a un viejo pescador conocido, apuntó al cocodrilo con una vara, y este fue alcanzado por un rayo. Quedó inconsciente, convirtiéndose en una vieja, que no era mi abuela.