Mi papá la fotografió, y sí: todos los demás la vimos con nuestros ojos. Nunca se había visto antes. Papá y otras personas fueron hacia la ciudad en lanchas. Casi todos regresaron antes de llegar porque estaba mucho más lejos de lo que creían. Sólo una lancha logró llegar al otro lado.
Dijeron que la ciudad no se parecía a la que veíamos desde aquí. La ciudad desapareció al día siguiente, y sólo volvía a verse rara vez. Papá se obsesionó tanto con ella que hasta la soñaba, volviendo más escandaloso su sonambulismo.
Una noche despertamos de la nada y papá no estaba. Nadie lo escuchó salir, y dejo su celular. Salimos a la playa, y vimos la Isla Espejismo. Media hora después vimos a lo lejos una lancha acercándose a nosotros. Era papá. Llegó muy feliz diciendo que sólo se podía llegar a la isla soñando.
