Era algo violento, ya le habíamos lanzado lejos toda nuestra comida, pero él seguía molestándonos. Fernando dijo que intentaría detenerlo mientras soñaba, se tomó unas pastillas y fue adormir en un rincón de la tienda de campaña.
Nos confundimos y molestamos muchísimo cuidándonos del oso que seguía rodeando la tienda.
No recuerdo en qué momento me quedé dormido, pero cuando despertamos,salimos y el oso también estaba dormido, o noqueado. Nada parecía poderdespertarlo, entonces aprovechamos para irnos antes de que lo hiciera.