Capítulo 2

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Harry se dejó caer pesadamente en el banco de la mesa de Gryffindor, entre Ron y Dean Thomas, que también era gay y salía actualmente con Seamus Finnegan, que era bisexual.

-¿Qué pasa, amigo?- preguntó Ron entre su bocado de comida. Hermione, Ginny y los demás lo miraron con disgusto.

-Tengo que volver esta noche-. Harry suspiró mientras robaba un poco de pavo del plato de Hermione. Sonrió cuando ella le apartó la mano de un manotazo.

-¿Los Dursley vuelven o regresan?-. preguntó Ron.

-De vuelta-, dijo Harry. -Tiene que enseñarme el horario que ha hecho-.

-¿Alguna idea de lo que va a hacer?- se preguntó Hermione.

-Algunas serán entrenamientos para prepararme para Voldemort. Otras cosas serán investigar probablemente. Encontrar a los mortífagos, el escondite de Voldemort, cosas así-, les dijo Harry.

-Todo suena muy útil-, dijo Hermione.

-Bueno, claro que es útil, pero sólo si no me asesina primero-, dijo Harry, cogiendo un panecillo de la cesta que tenía delante y untándolo con mantequilla.

-No te va a asesinar, Harry-. Hermione puso los ojos en blanco.

-Hermione, sólo porque tengamos que trabajar juntos, no significa que vaya a dejar todo su odio y convertirse en mi mejor amigo-. Harry enarcó una ceja y le dio un golpe en la espalda a Ron cuando su amigo empezó a atragantarse con la comida ante el comentario de Harry.

-Si intentas ser amable y no te peleas con él, entonces no se enfadará-, dijo Hermione con naturalidad.

Harry puso los ojos en blanco. -¿Qué es lo que crees que he estado haciendo desde que empezaron las clases? ¿Hechizarlo?- Hermione le frunció el ceño. Sacudió la cabeza y cogió su mochila. -Olvídalo. Tengo que irme. Tiene el horario hecho. Hasta luego-.

Salió del Gran Comedor, colgándose la mochila al hombro, y se dirigió lentamente a las mazmorras. El maestro de Pociones no le había dicho que volviera; no se había quedado lo suficiente. Sabía que el horario se completaría y como había visto a Snape salir de la cena, supuso que ahora sería el mejor momento. Estaba a punto de atravesar la puerta que llevaba a las mazmorras cuando su lechuza nival, Hedwig se posó en su hombro.

-¿No podías haber venido al Gran Comedor cuando yo estaba allí?- dijo Harry, tomando sus entregas. Ella pareció fulminarlo con la mirada y le recordó a Snape. -Voy a ver al profesor Snape. ¿Quieres venir?- Hedwig le miró y luego se marchó. -Cobarde-, murmuró y continuó su camino.

Examinó los objetos con curiosidad. La carta era de Molly Weasley pero no sabía nada del pequeño paquete marrón. Había una nota en la parte superior pero no estaba firmada.

H.P.
Creo que esto puede serte de gran utilidad. Buena suerte.

Harry frunció el ceño al releer la nota. ¿Quién la había enviado, fuera lo que fuera? No reconocía la letra, pero eso no significaba mucho. Había encantos para disfrazar la escritura de una persona. Levantó la vista y se dio cuenta de que estaba frente a los aposentos del profesor Snape. Llamó a la puerta y esperó, mirando el paquete. Tendría que asegurarse de que era seguro antes de abrirlo.

-¿Te gusta ignorarme, Potter?- La voz de Severus irrumpió en su cabeza y dio un respingo.

-¿Perdón?- dijo Harry, tratando de ignorar el hecho de que estaba extremadamente cerca de su profesor más odiado.

-Te dije que entraras tres veces-. Severus levantó una ceja.

-Oh, lo siento, señor. Estaba distraído-, dijo Harry y levantó su misterioso paquete. -Hedwig acaba de traerlo. No sé quién lo ha enviado-.

SPUR OF THE MOMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora