Capítulo 23

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-Bienvenidos de nuevo. Espero que hayan pasado unas buenas vacaciones-, saludó Dumbledore. Era la hora de la cena y todos los alumnos habían regresado a Hogwarts esa tarde. Bueno, no todos. Faltaban varios alumnos. La mayoría eran de Slytherin, pero también faltaban algunos de las otras tres mesas.

-¿Dónde crees que están todos los alumnos desaparecidos?- Preguntó Ron en voz baja y Harry lo miró fijamente, con una mirada que decía claramente "¿en serio estás haciendo esa pregunta?".

-Ron, a veces puedes ser tan espeso-, murmuró Harry.

-¡Oye!- exclamó Ron.

-Ahora, no suelo hacer anuncios en la cena a mitad de curso. Sin embargo, desde la partida del profesor Sallon...- Dumbledore fue cortado cuando la Sala estalló en vítores. Estaba claro que el hombre no había gustado a nadie. -Desde su partida, me he visto obligado a buscar un nuevo profesor de Defensa-.

-Por favor, Snape no, por favor, Snape no, por favor, Snape no-. Ron lo repetía como un mantra y Harry puso los ojos en blanco. Sinceramente.

-No es Snape, Ron, cálmate-, dijo Harry, tomando un bocado de su cena.

-Bien. Espera, ¿cómo lo sabes?- Ron enarcó las cejas.

Harry sacudió mentalmente la cabeza. -Ron, estuve aquí durante las vacaciones. Me lo dijo-.

-Por favor, den la bienvenida al profesor Alastor Moody, que ha aceptado dar clases durante el resto del año. El año que viene, Kingsley Shacklebolt ha aceptado dar clases. Iba a ocupar el puesto ahora, pero, por desgracia, está ocupado- explicó Dumbledore y todos aplaudieron.

Sí, ocupado trabajando para ti. Probablemente se esté congelando en Mongolia o algo así ahora mismo, pensó Harry con amargura, recordando lo mucho que echaba de menos a su hermano mayor sustituto.

-A ver cómo enseña el verdadero Moody, ¿eh, Harry?-. dijo Ron con una risita mientras Harry palidecía ante los recuerdos de su cuarto año. Inconscientemente se pasó los dedos por la cicatriz del antebrazo izquierdo, oculta bajo la túnica. Cerró los ojos, apartó el plato y se puso en pie.

-¿Harry?- Ron y Hermione lo miraron con curiosidad.

-No tengo hambre. Los veré más tarde-, dijo Harry y salió del Gran Comedor, sin darse cuenta de los ojos negros que le seguían. Atravesó a toda prisa el vestíbulo de entrada y salió corriendo a los terrenos. Para ser Enero en Gran Bretaña, era un día inusualmente cálido. Se dirigió directamente al gran roble junto al Lago Negro y se tiró al suelo a pesar de la nieve.

Creía haber aceptado lo que había sucedido en cuarto año con el torneo y Cedric, pero al parecer no era así. Se llevó las rodillas al pecho, las rodeó con los brazos y enterró la cara en las rodillas.

-Se ha notado su ausencia, señor Potter-, dijo una voz sedosa y familiar y Harry sonrió entre sus piernas antes de levantar la cabeza y mirar a Severus, que lo observaba con una ceja alzada.

-¿Por todos o sólo por ti?- dijo Harry y Severus resopló en voz baja.

-Sólo por mí y posiblemente por Draco-, dijo Severus. -¿Qué pasa por esa cabeza tuya que te hizo dejar la cena tan abruptamente?-.

-Nada. Ron sólo hizo un comentario fuera de lugar-. Harry se encogió de hombros.

-Está claro que fue algo o no estarías sentado en la nieve-, dijo Severus, conjurando un banco y sentándose junto a Harry.

-Quizá me guste la nieve-, replicó Harry.

-Tal vez, pero sé que no es por eso por lo que estás sentado aquí-, dijo Severus y Harry puso los ojos en blanco. -¿Qué pasa?-.

SPUR OF THE MOMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora