No fue hasta más de dos semanas después que Severus fue finalmente dado de alta del ala hospitalaria. Todavía no podía caminar sin ayuda y tenía que hacer ejercicios dos veces al día para mantener la fuerza en las piernas. Por supuesto, para entonces Severus estaba sumamente frustrado e irritable por estar en cama, en la enfermería, y por la incapacidad de caminar sin ayuda todavía.
Harry había empezado a investigar la Marca Tenebrosa, pero sin que Severus lo supiera. Sabía que él le diría que no se molestara. Le diría a su amante si encontraba algo. No había vuelto a soñar con la figura, pero había enseñado su boceto a unas cuantas personas. Todas le habían dado la misma respuesta.
Era la varita de Albus Dumbledore.
Pero no lo entendía. ¿Por qué le mostraban continuamente la varita de Dumbledore? No tenía sentido. Sin embargo, nadie había sido capaz de completar las palabras.
Por ahora, Harry había dejado de lado la varita y la figura, prefiriendo concentrarse en Severus, en la investigación de la Marca Tenebrosa y en su búsqueda de la diadema de Ravenclaw. Estaba sentado en la tumbona con el ejemplar de Severus de las obras completas de Edgar Allen Poe. Pensó que se merecía un descanso -(por breve que fuera)- y se lo estaba tomando con alegría. Sin embargo, no perdía de vista a Severus, que dormía en el dormitorio, donde se había desmayado casi en cuanto llegaron a casa. Nunca lo admitiría, pero Harry sabía que Severus estaba agotado y dolorido.
Casi había terminado "El cuervo" cuando oyó pasos arrastrados y pesados en el dormitorio. Marcó su página y escuchó atentamente antes de suspirar y ponerse en pie. Entró en el dormitorio y se apoyó en el marco de la puerta, mirando fijamente a su amante que se debatía.
-¿Qué haces?-, dijo, sobresaltando al hombre, que se aferraba a uno de los postes de la cama para permanecer de pie. -No deberías andar sin ayuda-.
-Sólo necesito ir al baño. No necesito ayuda para eso. Puedo arreglármelas-, dijo Severus mientras se balanceaba y se agarraba con más fuerza al poste, su rostro palidecía aunque aquello parecía imposible.
Harry suspiró y se acercó a él. Tiró del brazo de Severus alrededor de su cuello, pasó un brazo por la cintura del hombre y se dirigieron lentamente hacia el cuarto de baño. Lo soltó en silencio y cerró la puerta, quedándose fuera de ella para esperar. El hombre era más que testarudo en los peores momentos. Se dio la vuelta cuando se abrió la puerta y ayudó silenciosamente a Severus a volver a la cama. Luego se sentó en el borde de la cama junto a su amante.
-Sé que odias esto, pero aún necesitas ayuda-, dijo Harry. -Dale tiempo. Te estás curando, aunque un poco despacio-, dijo Harry.
-Sí, lo sé-, dijo Severus, colocándose en una posición mejor con un gemido.
Harry esbozó una pequeña sonrisa y besó ligeramente a su amante. -Te pondrás bien- susurró cuando el hombre se quedó dormido.
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Cuando llegó el día de San Valentín, Severus ya caminaba sólo con la ayuda de un bastón. Tenía las manos completamente curadas y las piernas en buen estado. Le dolía un poco la cadera derecha, que casi se había destrozado y ahora estaba rígida. Pero se estaba curando y eso era lo único que le importaba a Harry. El principal problema del hombre era el dolor casi constante que le producía la Marca Tenebrosa. Pudieron controlarlo un poco con un analgésico mejorado que Severus había creado, pero seguía siendo un dolor constante.
Por eso Harry había empezado a investigar únicamente la Marca Tenebrosa, dejando de lado todo lo demás por el momento. Les había pedido a Ron y Hermione que buscaran en la biblioteca Black. Buscó en la Sección Restringida y también volvió a las habitaciones de Slytherin en la Cámara de los Secretos, asaltando la biblioteca del Fundador. Aún no había encontrado nada, pero no se daba por vencido.
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SPUR OF THE MOMENT
FanficLa guerra continúa cuando Harry Potter entra en su sexto año. Obligado a trabajar con Severus Snape para terminar la guerra, ¿qué sucede cuando los sentimientos cambian? ¿Cómo puede alguien concentrarse en los sentimientos cuando una guerra amenaza...