Capítulo 46

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Harry se despertó lentamente y con un gemido, pero no abrió los ojos de inmediato. En lugar de eso, utilizó sus otros sentidos y un poco de su magia, como Severus le había enseñado en sus clases. Pudo sentir que su entorno había cambiado. Ya no estaba tumbado en la mesa ni en el suelo, sino en una cama. También podía sentir que el espacio que lo rodeaba era más grande y no tan estrecho como lo había sido el sótano.

No había muchos sonidos que captar. Sin embargo, podía oír un ligero tintineo de cristales, un crujido de sábanas y una respiración casi inaudible. El lugar olía a medicina y le resultaba familiar. Era un lugar que frecuentaba a menudo, aunque lo odiaba.

-Ah, señor Potter. Está despierto-, dijo una voz femenina que le resultaba familiar y giró la cabeza hacia el sonido, manteniendo los ojos cerrados. Volvió a extender la mano con su magia y captó dos firmas mágicas.

Poppy Pomfrey y Severus Snape.

Al darse cuenta de esto, sus ojos se abrieron de golpe. Registró brevemente que estaba en el ala del hospital antes de buscar a Severus.

-Señor Potter, deje de moverse-, dijo Pomfrey con severidad.

-Severus. ¿Dónde está Severus? ¿Qué le ha pasado? ¿Está bien?- Preguntó Harry frenéticamente, todavía intentando ponerse en pie a pesar de que Pomfrey lo sujetaba físicamente.

-Severus está bien, Harry. Está en la cama contigua a la tuya-, dijo Pomfrey y Harry miró hacia la cama que estaba a la derecha de la suya. Severus yacía boca arriba con una fina manta que le cubría hasta la mitad del pecho. Harry pudo ver la gasa blanca que envolvía el pecho del hombre.

-¿Qué le ha pasado?- preguntó Harry, mirándolo fijamente.

-Cuando el sótano se derrumbó, Severus le protegió. El impacto le aplastó el pecho-, le dijo Pomfrey.

-¿Se pondrá bien?- Dijo Harry.

-Sí, se pondrá bien. Estará cansado y le dolerá el pecho durante los próximos días, pero se recuperará-. Pomfrey asintió. -Ahora, siéntate quieto para que pueda asegurarme de que tú también te estás curando-, añadió.

Harry obedeció y permaneció quieto mientras Pomfrey hacía sus exploraciones, pero sus ojos no se apartaban del maestro de Pociones.

-Muy bien, vas bien. Sin embargo, tu pecho no estará completamente curado hasta dentro de unos días. Está muy dañado-, dijo Pomfrey y Harry frunció el ceño. Miró su propio pecho y vio que estaba envuelto en vendas como las de Severus, excepto que las suyas tenían unas pequeñas manchas de color rojo oscuro. -¿Te duele, cariño?-.

Harry negó con la cabeza. -No, está bien, señora Pomfrey-.

-Llámame Poppy, querido. Me atrevería a decir que nos conocemos bastante bien-, dijo Pomfrey con una sonrisa.

Harry le devolvió la sonrisa.

-Ahora, acuéstate, Harry, y descansa. Todavía tienes que curarte-, le dijo Poppy y Harry se recostó. Rápidamente revisó a Severus antes de salir del ala y desaparecer dentro de su oficina.

Harry esperó unos instantes para asegurarse de que la matrona estaba ocupada en su despacho antes de deslizarse lentamente de la cama y ponerse de puntillas hasta la cama de Severus. Miró al hombre mientras se sentaba suavemente en el borde de la cama. Contempló a Severus y suspiró, colocando ligeramente una mano sobre el pecho que subía y bajaba con suavidad, sintiendo las vendas bajo la palma. Se concentró en la respiración constante de su amigo.

Pero ya no era sólo un amigo, ¿verdad?.

No estaba seguro de cuándo, pero en algún momento durante el tiempo que estuvieron en el sótano de la Botica, se había dado cuenta de que sus sentimientos por Severus ya no se limitaban a la amistad. Sentía una atracción definida por el moreno que era su mejor amigo y tenía la sensación de que llevaba tiempo sintiéndose así, pero los había estado ignorando. Volvió a suspirar.

SPUR OF THE MOMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora