Capítulo 33

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-Abran ahora mismo-, gruñó Severus a Demetri y Jeremy, que palidecieron y abrieron de golpe. Severus entró en la habitación y sus ojos buscaron a su ahijado. -¡Draco!-, gritó.

Su humor había empeorado progresivamente a medida que avanzaba el día. Primero se había dado cuenta de que su ahijado ocultaba algo. Luego había descubierto lo que ocultaba. Luego le habían convocado a aquella maldita reunión y las noticias no habían sido nada buenas. Ahora tenía que hablar de lo que Draco ocultaba y luego volver a sus aposentos y marcar ensayos abismales.

-¡Draco, sal aquí ahora mismo!-, volvió a gritar y Draco salió corriendo inmediatamente del dormitorio.

-H...hey, Severus. ¿C...cómo estuvo la reunión?- dijo Draco, tratando de no mostrar su terror y fallando miserablemente.

-Siéntate. Ahora-, ordenó Severus con voz fría y Draco se apresuró a obedecer. Se sentó en la tumbona y miró a su padrino con los ojos muy abiertos.

Era oficial.

El hombre estaba furioso.

Eso sólo significaba una cosa.

Descansa en paz, Draco Malfoy.

-Explícate ahora o no dudaré en contenerme-, espetó Severus mientras se alzaba sobre Draco, que tragó saliva.

-Nosotros... bueno, yo sabía qué maldición se había usado con Harry en la Torre. También sé que fue Lucius quien se lo hizo saber a Voldemort y a los mortífagos-, se apresuró a explicar Draco.

-¿Y?- gruñó Severus.

-Bueno, cuando vi a Harry, me enfadé. Sé que si no hubiera sido por Lucius, nadie más conocería ese hechizo-.

-Todavía no me has contestado, Draco, y estoy al límite de mi paciencia y de mi temperamento-, le dijo Severus en voz baja y peligrosa.

-¡Está bien, está bien!- Dijo Draco en voz alta y desesperada. -¡Fui a la mansión a ver a Lucius, a torturarlo! ¡No lo maté y no usé ningún Imperdonable! ¡Lo siento!- gritó y miró a Severus con recelo.

-Más vale que esté bromeando, señor Malfoy-, dijo Severus lentamente. Draco tragó saliva y negó minuciosamente con la cabeza. Severus rugió de rabia haciendo que Draco se acobardara. Había visto a su padrino enfadado antes, pero este era un nivel completamente distinto que nunca había presenciado.

-¡Lo siento!- tartamudeó Draco, queriendo mejorar las cosas pero sin tener ni idea de cómo.

-Si me quedo aquí, no seré responsable de mis actos-, murmuró Severus y se dirigió a la puerta. -Esto aún no ha terminado. Volveré mañana cuando me haya calmado-.

Draco asintió espasmódicamente y observó cómo Severus salía de sus aposentos. No se movió durante una media hora y, cuando lo hizo, estaba rígido y tembloroso.

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Severus entró en sus aposentos e inmediatamente se dirigió a su laboratorio. No se dio cuenta de que Harry había preparado la cena ni de que Harry le hablaba. Sin embargo, notó la mano que le tocaba ligeramente el brazo. A pesar de que era un gesto amistoso que Harry le había extendido varias veces, el control que le quedaba se le fue y giró sobre sí mismo, golpeando. Nunca sabría qué le hizo hacerlo, pero sí sabía que en el momento en que registró a Harry en el suelo, su ira desapareció. Durante unos largos instantes, miró horrorizado a Harry mientras los ojos verdes lo miraban con asombro y confusión.

-Harry-, susurró tan bajo que Harry no lo oyó.

-¿Severus?- dijo Harry en voz baja y fue entonces cuando Severus cayó de rodillas frente a Harry.

SPUR OF THE MOMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora