Capítulo 6

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Los días pasaban lentamente. El otoño se desvanecía en el invierno y, más de lo que parecía, faltaba un mes para las vacaciones de Navidad. El comienzo de noviembre trajo temperaturas gélidas y vientos helados y ligeras nevadas que se morían por hacerse más pesadas. Tanto Harry como Draco habían recibido más detenciones por parte de Sallon, y cada vez volvían con una nueva serie de moretones y cortes.

El trabajo con Harry y Snape no había llegado a ninguna parte. Seguían peleando y gritando todos los días. No había habido ningún progreso en Oclumancia ni en la investigación. Harry era el mismo en Pociones de siempre. El único momento en el que parecían llevarse marginalmente bien era durante las clases de Defensa y eso sólo porque conseguían hechizarse mutuamente. Así que era más un desahogo y una venganza que unas verdaderas lecciones.

Harry y Snape sabían que Dumbledore estaba cada vez más molesto porque no podían trabajar juntos, pero lo único que tenían que decir era que le habían dicho que el acuerdo nunca funcionaría.

Fue en el despacho de Dumbledore donde se encontraron los dos magos, sentados frente al escritorio y mirando al director.

-De verdad, ustedes dos. Ya han pasado más de dos meses y no han conseguido nada en su trabajo. Podría decir que Harry ha aprendido algo de defensa, pero lo único que hacen es hechizarse el uno al otro para quemar la ira que sienten el uno hacia el otro-, dijo Dumbledore. Snape siguió mirando al hombre mientras Harry desviaba la mirada, oyendo la decepción en la voz de Dumbledore.

-Te dijimos que esto no funcionaría, Albus. Sabes que no podemos trabajar juntos. Ni siquiera podemos estar juntos en la misma habitación durante mucho tiempo-, dijo Snape con indiferencia.

-Severus, deben trabajar juntos. Si ustedes dos pudieran dejar de lado cualquier diferencia que tengan, harían un excelente equipo-, les dijo Dumbledore.

-Señor, no creo que vaya a funcionar. Lo intentamos, pero no funcionó. Me odia demasiado, señor. Me parezco demasiado a mi padre para que esto funcione. Entendemos que usted quería que formáramos algún tipo de amistad o lo que sea para que tuviéramos más posibilidades de ganar la guerra, pero no va a funcionar. Lo siento, profesor- dijo Harry y salió lentamente del despacho.

Dumbledore se volvió hacia Snape. -Debes intentarlo, Severus. Ve más allá de lo que crees que es verdad y encuentra la verdadera verdad que hay debajo. Puede que te sorprenda lo que encuentres-.

-Bien-, escupió Snape. -Buenas noches, Albus-, dijo y salió de la habitación en un torbellino de túnicas negras.

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Esa noche, Harry bajó a las mazmorras para otra noche de investigación. Buscaban cualquier cosa. Cualquier patrón o pista... cualquier cosa. Hasta ahora, no habían encontrado mucho. Habían encontrado un par de posibles escondites de mortífagos, pero ninguno había tenido éxito.
Harry sacudió la cabeza y llamó a la puerta. -Entra-, oyó decir a Snape y atravesó la puerta para entrar en la familiar sala de estar. De inmediato dejó su bolso junto a la puerta, se dirigió a la mesa de centro, tomó un viejo Diario el Profeta y comenzó a hojearlo mientras se sentaba en su silla habitual. Era la misma rutina y había aprendido a hacerlo sin tener que hablar con Snape.

-Potter-, dijo Snape y Harry levantó la vista de su periódico.

-¿Sí, señor?- preguntó Harry.

-No trabajaremos esta noche-, dijo Snape y Harry enarcó una ceja, tratando de evitar que sus ojos se abrieran de golpe.

-¿Por qué?-.

-Creo que tal vez el director tenga razón-, dijo Snape y esta vez, Harry no pudo evitar que sus ojos se abrieran de par en par. -Esta noche simplemente hablaremos-.

SPUR OF THE MOMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora