Capítulo 65

740 91 6
                                    

Harry, Draco y Severus holgazaneaban en los aposentos de Severus y Harry, hojeando libros y pergaminos y los Diarios el Profeta actuales y antiguos. Harry ya no estaba completamente seguro de lo que buscaban, excepto el próximo Horrocrux. No podían encontrar dónde se escondían Voldemort y los mortífagos y no podían descubrir ninguna conexión entre los ataques mensuales, por lo que no podían detener futuros ataques. Sabía que Severus y Draco estaban investigando formas de destruir el Horrocrux en Harry sin matar al propio Harry. Harry no tenía valor para decirles que era inútil.

Faltaban sólo dos días para Navidad y Harry estaba un poco decepcionado por no haber podido conseguir regalos para nadie. Sabía que nadie más había podido conseguir regalos tampoco, pero deseaba tener algo para sus amigos. Sin embargo, aunque hubiera regalos, sabía que no sería Navidad. La guerra era demasiado prominente ahora y ensombrecía todo lo demás. Había demasiado miedo, muerte y lucha. La Navidad ya no era una prioridad.

Harry y Severus habían hecho planes para ir a la casa de acogida la mañana de Navidad y estar con los niños. Molly, Andrómeda, Tonks y otros habían colaborado en la compra de regalos para los niños y Harry quería estar allí para disfrutar de los niños que aún podían sentirse felices en Navidad. Luego, Severus y él regresarían a Hogwarts y pasarían el resto del día con Draco, Luna, Seamus, Dean y Neville antes de pasar la noche solos en sus habitaciones.

Harry bajó el libro que estaba leyendo sobre los Fundadores. -Es evidente que se nos escapa algo. Sabemos que es más que probable que algo de Ravenclaw sea el próximo Horrocrux-.

-Lo que nos falta es un Ravenclaw-, murmuró Draco, hojeando algunos Diarios.

Harry parpadeó mirando a su amigo. -Tienes razón-.

Draco lo miró con cara de confusión. -¿En qué tengo razón?-.

-Si estamos buscando algo de Ravenclaw, deberíamos hablar con alguien que sepa de Rowena Ravenclaw-, dijo Harry.

-¿No sabría cualquier Ravenclaw tanto como nosotros?-. dijo Draco.

-Tal vez un Ravenclaw normal- dijo Harry con una sonrisa mientras se ponía de pie. -Por eso voy a hablar con Luna-.

Draco puso los ojos en blanco. -Sí, es una buena idea-, dijo sarcásticamente.

-No seas imbécil. Sabe de lo que habla aunque sea diferente-, dijo Harry.

-Diferente es una forma de decirlo-, dijo Draco.

Harry negó con la cabeza. -Volveré dentro de un rato-, dijo y salió de las habitaciones.

-¿Por qué es el único que se pone a la defensiva con Lovegood?-. preguntó Draco a Severus.

-Porque es su amiga- dijo Severus sin apartar la vista de su libro. -Se pone a la defensiva contigo, ¿verdad?-.

[♡♡♡♡♡♡]

Harry caminaba por el colegio, más o menos abandonado, en dirección a la torre de Ravenclaw. Le resultaba difícil recordar una época en la que Hogwarts era una animada escuela de niños que aprendían magia. Aunque Voldemort siempre había sido una sombra en su vida, se encontraba añorando los días en que una sombra era todo lo que el loco había sido.

Harry se sacudió de sus pensamientos melancólicos mientras se acercaba a la puerta de madera ordinaria que era la entrada a la Torre de Ravenclaw. Sin embargo, era diferente, ya que no tenía pomo ni cerradura, sino sólo una aldaba de latón con forma de águila. Se acercó, golpeó la aldaba contra la puerta una vez y ésta cobró vida.

-Nunca fui, siempre seré. Nadie me ha visto nunca, ni me verá jamás. Y, sin embargo, soy la confianza de todos, para vivir y respirar en esta bola terrestre. ¿Qué soy?-, dijo el águila. Para entrar en la torre de Ravenclaw había que responder a un acertijo y, si se adivinaba mal, había que esperar a que alguien respondiera correctamente.

SPUR OF THE MOMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora