Capítulo 29

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La nieve comenzó a derretirse lentamente a medida que pasaban los días restantes de febrero y comenzaba marzo. El tiempo se hizo menos amargo. Sin embargo, Harry Potter no reparó en el clima cálido que caía alrededor de Hogwarts, pues estaba demasiado distraído con otros pensamientos. Aunque el ataque a la escuela rumana no se había olvidado en absoluto, había quedado relegado a un segundo plano.

Excepto Harry, claro.

Él no podía olvidarlo. Emmeline Vance había muerto en el ataque y a Harry le habían dicho que su hermano honorario, Kingsley Shacklebolt, había resultado herido. No podría dejar de pensar en el ataque hasta que Kingsley volviera a casa. Se suponía que estaría en casa cualquier día de estos, con el cuerpo de Emmeline con él.

Harry suspiró y sacudió la cabeza mientras paseaba lenta y distraídamente por los pasillos. Tenía las manos en los bolsillos y la mirada distante, como sus pensamientos. No tenía ni idea de adónde iba, pero no le importaba. Lo único que le importaba era que Kingsley volviera vivo a casa.

-¡Harry!- dejó de caminar ante la llamada de Draco.

-¿Qué?-.

-Harry, deberías ir al ala del hospital- dijo Draco y Harry frunció el ceño.

-¿Por qué? No estoy herido ni enfermo-, dijo Harry.

-No por ti. Harry, Kingsley ha vuelto-, dijo Draco y Harry salió hacia el ala del hospital. Draco no se percató de las acciones de Harry durante unos instantes, pero luego echó a correr tras el Gryffindor. Lo alcanzó justo cuando Harry abría de golpe las puertas de la enfermería.

-¿Dónde está?- preguntó Harry inmediatamente. El ala del hospital estaba llena de gente, todos apiñados alrededor de una cama.

-Harry...- empezó a decir Dumbledore, pero Harry le cortó.

-¿Dónde está?- repitió Harry entre dientes apretados.

-Dejale pasar. Acabará maldiciendo a todo el mundo si no lo haces-, dijo una voz grave y familiar y Harry luchó contra una sonrisa. Se adelantó mientras la multitud se separaba, revelando a un Kingsley sonriente en la cama. Harry reconoció una figura en una cama distante cubierta por una sábana blanca, pero no le dedicó una mirada.

-Kingsley-, susurró Harry.

-Hola, chico-, dijo Kingsley y Harry corrió hacia el hombre de color, rodeando el cuello de Kingsley con los brazos.

-Estaba tan preocupado. Creí que habías muerto y luego leí lo de Emmeline y después me enteré de que estabas herido-, murmuró Harry al oído de su hermano.

-Estoy bien, Harry. Me golpearon con algunas maldiciones cortantes y maleficios abrasadores. También recibí una maldición rompehuesos que casi me destroza la pierna-, le dijo Kingsley. Harry se echó hacia atrás y sonrió, sentándose en el borde de la cama. Esa era una de las razones por las que le gustaba tanto hablar con Kingsley. Al igual que Severus, el hombre nunca le mentía y no trataba de poner las cosas malas de forma agradable. Claro que le ocultaba cosas a Harry, como Severus, pero sólo cuando no podía decir nada o creía que no tenía mucha importancia.

-¿Por qué has tardado tanto en volver?-. Preguntó Harry, consciente de que estaban siendo observados por todos los demás.

-Tuve que ayudar a recoger a los muertos y heridos y a limpiar los escombros. Ayudé a llamar a las familias de los muertos y tenía que encontrar a Emmeline. No me iría sin ella. También ayudé a enviar a los otros estudiantes a casa-, explicó Kingsley y Harry asintió.

-La chica que Emmeline salvó. ¿Está bien?- se preguntó Harry, lanzando una rápida mirada a la sábana blanca.

-Unos cuantos cortes y magulladuras y estaba conmocionada, pero está bien, más o menos. Sus padres vinieron a recogerla apenas unas horas después del ataque-, dijo Kingsley.

SPUR OF THE MOMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora