80. ¿Yo te excito?

478 35 8
                                    


Cris

Llevaba sin ver a Joana desde hacía cinco días, desde que volvimos de Argentina mi novia tuvo que empezar las clases y yo en cambio me reincorporaba una semana después que ella... Joana no había parado de estudiar y de hacer trabajos desde su vuelta y la verdad que cada día terminaba súper cansada, por lo cual solo nos hemos visto por las pantallas de nuestros móviles en la video llamada nocturna antes de irnos a dormir...

Hoy era viernes, y por fin nos íbamos a volver a ver, joana aún estaba en la universidad, y al salir habían quedado con eze para terminar un proyecto, por lo cual yo decidí aprovechar el día para arreglar un poco mi cuarto, para ponerme al día en algunos asuntos de la uni, ya que el lunes retomaba las clases y para dormir. Joana se pasaría por mi casa cuando terminara con sus cosas, que según me había dicho sería algo tarde. Por lo que, después de darme un baño, cené y dejé algo preparado para cuando llegara mi novia, la cual había insistido en que no la esperara para cenar, porque el trabajo que estaban haciendo con eze se había extendido más de lo esperado...

Hoy y mañana tendríamos mi casa para las dos solas, ya que mis padres y mis hermanos estaban en el pueblo visitando a mi abuela. A mí me hubiera encantado ir, pero como joana no podía viajar, quedamos en que lo mejor era ir las dos juntas en el próximo feriado festivo que tendríamos...

A eso de las diez de la noche mi novia por fin llego a casa. El reencuentro estuvo lleno de besos, de miradas y sonrisas cómplices mientras yo acompañaba a Joa mientras cenaba. Era tarde, y obviamente no iba a dejar que se volviera a su casa luego de tantos días sin verla, así que prácticamente le exigí que se quedara en casa a dormir. No tardamos en irnos a la cama, así como yo, no tardé en mostrar mis intenciones.

Cris: Te he echado mucho de menos, mi amor... - dije llegando a la cama y tomando posición sobre Joana, la cual se encontraba tumbada boca arriba con una sonrisa.

Joana: Y yo a vos – dijo dándome un beso cuando me tuvo a su altura. – Pero has podido descansar, visitar a tus amigas, has ido de compras

Cris: No te cambio por nada de eso – dije volviendo a besarla, dibujando una sonrisa en el rostro de mi novia.

Joana: Seguro que por las compras sí que me cambias...

Cris: No, tampoco. Por nada del mundo. Tú eres mucho mejor que todo. – dije besándola con más intensidad, pidiéndole permiso para recorrer cada centímetro de su boca con la ayuda de su lengua, permiso que me fue concedido sin ningún problema.

Estuvimos minutos besándonos, subiendo la temperatura de la habitación, perdiendo la noción del tiempo. Yo tomé el control, despojando a mi novia de la simple camiseta que iba a utilizar para dormir, dejándola únicamente con sus braguitas. Bajé mis besos hasta su cuello, por su clavícula, entreteniéndome en sus pechos, esmerándome en su pelvis y dejando el rastro de mi lengua por su abdomen.

En ningún momento levanté la cabeza, estaba totalmente concentrada en darle placer a mi novia, así que seguí mi camino hasta llegar al sitio que buscaba. Ni siquiera me molesté en quitar la prenda que se interponía entre nosotras. La eché a un lado con mis dedos y dejé un beso en el centro de Joa, y sin pensármelo dos veces pasé mi lengua por aquel lugar, deleitándome con mi novia, pero hubo algo que me desconcentró.

De pronto, escuché la respiración de Joana algo pesada y con el ceño fruncido, levanté la cabeza para confirmar mis pensamientos...

Cris: ¡Joanaaa! – dije cuando la vi con los ojos cerrados. - ¡Te has quedado dormida! – exclamé indignada mientras sacaba a mi novia de esa pequeña ensoñación. – No me lo puedo creer. – dije dándole un pequeño golpe en un muslo.

Empezar de ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora