013.ᴀʙᴏᴜᴛ ʜᴏᴡ ᴛᴏ ᴍᴀᴋᴇ ᴀ ɴᴇᴡ ꜰʀɪᴇɴᴅ...ɪ ᴛʜɪɴᴋ ꜱᴏ

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ꜱᴏʙʀᴇ ʜᴀᴄᴇʀ ᴜɴ ɴᴜᴇᴠᴏ ᴀᴍɪɢᴏ...ᴇꜱᴏ ᴄʀᴇᴏ

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BAJÉ LAS ESCALERAS del porche de la Casa Grande sintiendo como mis emociones estaban todas alteradas.

Conocí a papá..., y no sabía cómo sentirme ahora. ¿Qué era correcto?

«Oh mierda, olvidé golpearlo..., el abuelo estará decepcionado», pensé.

Miré el campamento, desde aquí se podía ver todo y era precioso.

Las cabañas, alineadas en forma de U, todas con su detalle griego tan bonito y que caracterizaba a la perfección la esencia de la divinidad a la que pertenecían, podrían pasar por templos griegos antiguos sin problema.

El bosque y el lago, los sátiros y ninfas, los campistas. Apenas llevaba dos semanas en aquel lugar y ya lo sentía mi hogar.

Esperaba que Percy, Annabeth y Grover tuvieran éxito en la misión y pudieran evitar la guerra, pero el día siguiente sería el solsticio de invierno y aún no teníamos noticias de ellos.

Estaba preocupada, no sabían nada y la tensión en el campamento había estado escalando a un punto ridículo.

Era mejor, quizá, no pensar en ello. Cuando me ponía ansiosa mordía mis uñas y ya las tenía tan lastimadas que hasta me dolía usar el arco. Mejor empezaba con mi mudanza a la cabaña diez; no es que tuviera mucho para trasladar, pero al menos me distraería por el resto del día.

Acababa de pasar una hora escuchando un buen sermón de Quirón sobre mi comportamiento durante el almuerzo.

—Normalmente, no recurro a este tipo de castigos, pero... —había dicho con aire incómodo, como si de verdad no le gustara nada lo que estaba pensando—, sé que tiene buenos resultados.

No me había dicho cuál sería, solo que debía presentarme en la hoguera antes de la cena.

Pasé por la cabaña once a buscar mi saco de dormir, llevaba el brazalete que papá me había dado y que se convertía en un arco precioso, y el carcaj había adoptado una forma como de morral blanco con detalles rojos.

Eran todas mis pertenencias. No bromeaba cuando dije que no era mucho para trasladar.

La cabaña diez era literal como una casa Barbie. Se parecía a una que tuve de pequeña, y me parecía genial. Toda una Barbie Casa de los Sueños, con paredes rosa y marcos blancos, tenía claveles en los tiesos y el aire olía a perfume de diseñador.

Era un cambio ENORME —sí, con mayúsculas—, para alguien que venía de la cabaña once.

Me paré delante de la puerta, respirando profundamente antes de animarme a golpear.

ʟᴏꜱ ᴄᴀᴘʀɪᴄʜᴏꜱ ᴅᴇʟ ꜱᴏʟ || 𝗔𝗽𝗼𝗹𝗼 #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora