Capítulo 2

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Cuando Raleigh sobrevoló las nubes más altas y el frío me empezó a quemar la cara, grité.

¡Esos infelices! ¿Se creen muy especiales por montar dragones? No lo son, no son los únicos y ahora lo saben.

Vine especialmente a esto y me encuentro precisamente con los dos niñitos con la mente más cerrada del planeta. Los únicos jinetes de dragón que había conocido fuera de casa y resultaron ser unos completos imbéciles. No me creyeron, no confiaron en mí ni cuando sus dragones lo hicieron, eso decía mucho de ellos. No me cabía duda de porqué la pobre Vaghar se sentía tan sola con semejante compañía, Aemond era un tipo implacable que honestamente daba miedo tener cerca. Pero ya no importaba.

Ahora tenía dos opciones: regresar a casa con la cara larga o seguir adelante, a Essos, el otro lado del mundo más allá del Mar Angosto.

Cerré los ojos unos instantes y evalué la situación ahora que Poniente ya no tenía nada que ofrecerme.

Raleigh estaba más callado de lo que esperaría después de semejante encuentro, pero agradecía su calma, no lo necesitaba en mi cabeza susurrando "Te lo dije" una y otra vez. A lo mejor él no tenía ganas de relacionarse con otros jinetes y sus dragones tanto como yo.

- ¿Quieres ir a explorar otros lugares o deberíamos volver a casa, amigo?- le pregunté acariciando su cuello.

Su respuesta tardó en llegar.

Casa.

- Pero en Essos podríamos encontrar más...

La abrupta pausa del dragón me sacó del asiento y de mí misma, todo a la vez. Eso gracias a la súbita aparición en el cielo del más grande dragón de todos.

- ¿Qué carajo le pasa?- susurré sujetando con fuerza las riendas de Rals mientras contemplaba a Aemond volar sobre nosotros.

- Hemos decidido que no tienes que irte- me dijo Aegon desde atrás, asustándome otra vez.

¿Cuál era el problema de esos dos?

- Ninguno me cree, ¿por qué habría de quedarme en un lugar donde mi palabra significa nada?

- Yo te creo- aseguró-. Aemond por su parte te dará el beneficio de la duda.

- ¿Eso qué significa? ¿Tengo que convencerlo de alguna forma hasta que decida si lo valgo o no?

- Montas un dragón y tienes rasgos valyrios... no tanto como nosotros, pero lo suficiente- observó con tranquilidad-. Me parece que la verdad es más que obvia, pero le va a costar aceptarla... sólo creemos que vale la pena hacer el intento, a nuestro padre le haría feliz escuchar de ti, y no estaría mal ganar una nueva aliada.

¿Ahora me hablan de alianzas?

- ¿Y si digo que no?

- Eres libre de irte, ninguno te lo va a impedir.

Raleigh gruñó por lo bajo y yo apreté los labios. Algo nos decía a ambos que eso no era del todo cierto y que no nos dejarían ir tan fácil.

Si Aemond me atacaba Raleigh tendría una mínima oportunidad contra Vaghar, pero Vaghar y Sunfyre contra Raleigh era una derrota segura y ambos moriríamos.

Daryan, si te vas no sé si serás capaz de ver a la muerte a los ojos.

No estaba lista para morir, padre también lo sabía cuando me dijo esas palabras.

Maldita sea.

- Los acompañaré- accedí a lo que Raleigh rugió.

¡No!

Blacksun | House Of The Dragon (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora