Capítulo 47

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15
Años
Después

La oscuridad total era abrumadora, pero había descubierto que era más tolerable que ver con la luz de mis llamas los restos humanos en aquella cripta.

Se están tardando demasiado y ya me estoy empezando a asustar pensando que terminaré como los esqueletos junto a mí.

Cerré los ojos y apoyé la cabeza en la pared tras de mí, pero la retiré en el instante que la sentí vibrar.

Están aquí.

Me puse de pie y el mundo entero pareció sacudirse. El piso, las paredes que me rodeaban, todo.

La luz se coló a la cripta cuando la roca que sellaba la puerta empezó a ceder y yo corrí escaleras arriba.

– ¡Llevo horas aquí encerrada!– exclamé de mal humor–. ¿¡Cómo pudieron tardarse tanto!?

– Permíteme recordarte que esta fue tu idea– señaló Aemond.

– ¡Mi idea no era que Raleigh casi derribara la pirámide sobre mí!

Levanté la cabeza y por un momento una gigantesca figura cubrió la luz del sol sobre nosotros.

Hola, Rals.

Hola.

Infiltrarme sola en Mereen sin un dragón a mis órdenes y someterme a la voluntad de los amos permitiendo que me secuestraran tal vez no hubiera sido mi mejor idea, pero había conseguido el objetivo.

– ¿Los niños?– pregunté tomando las dagas que le había confiado a Aemond para que cuidara.

– Arriba, esperándonos– contestó antes de agarrarme la barbilla y girarme el rostro ligeramente para examinar mi pómulo–. ¿Dejaste que te golpearan?

– Debían creer que tenían el control.

– Los voy a matar.

Tenía 39 años al sol de hoy, había visto muchas cosas y conocido a muchas personas, entre más pasaba el tiempo más difícil era sorprenderme. Aunque no era difícil reconocer que la sorpresa más grande de mi vida había sido Aemond Targaryen.

El mismo Aemond que me ahorcó la primera noche en el Red Keep cuando tenía 18 años era ahora la persona en la que más confiaba. Pasó de ser un incordio a ser mi mano derecha. Pasé de odiarlo a quererlo con locura. Pasamos de querer matarnos a matar por el otro sin dudarlo. Así de loca se había vuelto la vida.

– Estoy bien– le aseguré con una sonrisa.

El trayecto a la cima de la pirámide fue menos sangriento de lo que esperaba.

– ¿Niños?

Jaehaerys y Jaehaera habían dejado de ser niños muchísimo tiempo atrás. Ambos eran jóvenes adultos ahora, llenos de valor y energía, listos para seguirnos el paso a Aemond y a mí por todo el Este del mundo en nuestra lucha contra los esclavistas.

– Daryan– mi bella Jaehaera corrió hacia mí y sostuvo mi rostro con gentileza–. Dime quién hizo esto y acabaré con él.

La joven princesa era muy parecida a su madre cuando era joven, pero Jaehaera tenía una fiereza que no había visto en ninguna otra Targaryen. Tenía el alma de un dragón.

– Me he visto peor, lo sabes– le dije antes de mirar a su hermano que tampoco se veía feliz con mi aspecto–. ¿Qué hicieron con los amos?

– Están afuera en la terraza. Shrykos los vigila.

El dragón de Jaehaerys no era un dragón particularmente tranquilo u obediente. Si decía que estaba vigilando era probable que estuviera jugando a cazar o a morder.

Blacksun | House Of The Dragon (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora