Troy estaba devastada cuando le comenté a quien nos había guiado el hechizo todos estos meses. En un principio pensé que explotaría contra mí, pero lo hizo contra nuestro padre.
– ¡Dijiste que funcionaría!– exclamó frente a las llamas–. ¡Que esta era la única forma de encontrarla! ¡Ahora no tengo nada!
Padre y madre estaban muy serios, sin duda no se esperaban nada de esto, pero madre fue la primera en caer en cuenta de un importante detalle.
– Es un hechizo de sangre– nos recordó.
– ¿Y?– espetó Troy con rabia.
Estaba usando un tono bastante irrespetuoso, pero nuestros padres decidieron pasarlo por alto.
– La sangre encuentra a quien la sangre llama– repitió–. Daryana y tú son la misma sangre, es posible que el hechizo haya tomado su intención en lugar de la tuya por error.
– ¡Yo no quería encontrar a Aegon!– exclamé mirando a Troy que ya abría la boca para gritarme–. Al menos no tanto como tú quieres encontrar a esa mujer...
– Pero querías verlo– apuntó con voz gélida.
– ¡No esperaba hacerlo, Troy!– me defendí–. Es un mundo inmenso, ¿cómo iba a saber que le seguíamos el restro justamente a él?
– ¡Debiste saberlo, tú lo ayudaste a escapar en Poniente!
– ¡Nunca supe a dónde fue, no sabía si había ido al norte o al sur! ¡Hace dos noches ni siquiera sabía si estaba vivo!
– Esto no es su culpa, hija– intervino madre con voz tranquila.
– Sí lo es.
Me llevé la mano al puente de la nariz y cerré los ojos.
– Ahora Daryan tiene a su amante y yo no tengo nada... a nadie– murmuró con tristeza.
– Lo siento.
Sabía que no era mi culpa, pero sentía que le debía esa disculpa.
– Me quiero ir a casa– se giró a por sus cosas–. Ya.
Quería replicar, no quería irme todavía. Deseaba quedarme unos días más con Aegon y conocer más de Volantis a su lado.
– Me parece bien. Las estaremos esperando a ambas– padre me dio una mirada significativa y yo me mordí la lengua.
– Quisiera despedirme de Aegon.
Troy empezó a empacar.
– Si no estás en el puerto en dos horas te dejo.
Eso era más de lo que esperaba.
No perdí el tiempo y salí corriendo en busca de Aegon.
– Troy se quiere ir– fue lo primero que dije cuando se abrió la puerta.
Aegon, usando únicamente un pantalón largo, me devolvió la mirada con el ceño fruncido.
– ¿Hoy?– yo asentí–. Pero si llegaron ayer.
– ¡Ya sé, pero está muy molesta porque no encontró a quien quería!
– ¿Y debes irte con ella? Porque puedes quedarte aquí cuanto desees y cuando decidas regresar yo te consigo un barco que te deje en tu hogar o cerca de él.
– No puedo, ya me lo advirtieron– lo miré con lástima y él me envolvió con sus brazos antes de apoyar la barbilla sobre mi cabeza.
– No importa– susurró, más tranquilo de lo que esperaría–. Si un día decides volver ya sabrás donde encontrarme. Yo siempre voy a estar aquí para ti.
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Blacksun | House Of The Dragon (En Edición)
FanfictionLos Targaryen dominaron todo Poniente bajo la idea de ser los últimos jinetes de dragón. En su ignorancia creían, al igual que los Velaryon y los Celtigar, ser los últimos vástagos con vida de la Antigua Valyria. No lo eran. De hecho, nunca lo fuer...