Llegué al gran salón a la mañana siguiente sin tener la menor idea de qué hacía allí. Estaba procurando mantener la distancia con todos los Targaryen, pero era difícil hacerme la loca cuando la princesa Rhaenyra y sus hijos me saludaban. Aegon, con sus hermanos a un lado del trono, me miraba con seriedad.
Otto Hightower, mano del rey, y padre le la reina subió al trono y empezó a hablar.
- Aunque esta corte tiene la esperanza de que lord Corlys sobreviva, nos reunimos aquí para la amarga tarea de decidir la sucesión de Driftmark- Ahhh, así que de eso es la audiencia-. Como mano, hablo con la voz del rey en este y en todos los asuntos.
Se sentó y yo hice una mueca, ese trono se veía de lejos como el asiento más incómodo del mundo.
- La corona ahora escuchará las peticiones. Sir Vaemond de la casa Velaryon.
El hombre dio unos pasos al frente y saludó a la reina Alicent y a la mano.
- La historia de nuestras casas va más allá de los Siete Reinos hasta los días de la antigua Valyria. Mientras la casa Targaryen ha gobernado los cielos, la casa Velaryon ha gobernado los mares- inició-. Con la caída de Valyria, nuestras casas se volvieron las últimas de su clase.
Otra ingenua criatura.
Varios pares de ojos se posaron en mí a lo que yo agaché la cabeza y reprimí una sonrisa.
- Nuestros antepasados llegaron a esta tierra sabiendo que, si fallaban, significaría el fin de sus nombres y de nuestras líneas de sangre- continuó-. He pasado toda mi vida en Driftmark, defendiendo el escaño de mi hermano. Soy el pariente más cercano de lord Corlys, su propia sangre. La sangre verdadera e impecable de la casa Velaryon corre por mis venas.
- Al igual que por las de mis hijos, los frutos de Laenor Velaryon- intervino la princesa Rhaenyra-. Si le importa tanto la sangre de su casa, sir Vaemond, no se atrevería a suplantar a su legítimo heredero. Habla por usted mismo y por su propia ambición.
- Ya hará su petición, princesa Rhaenyra- cortó la reina-. Permita que sir Vaemond sea escuchado.
El hombre se giró hacia la princesa y la miró con suspicacia.
- ¿Qué sabe de la sangre Velaryon, princesa? Me cortaría las venas para mostrársela y aún así no podría reconocerla- le dijo-. Se trata del futuro y la supervivencia de mi casa, no de la suya.
Una breve, pero significativa mirada a Lucerys y todo cobró sentido en mi cabeza.
- Este es un asunto de sangre, no de ambición. La supervivencia de mi casa y mi linaje está por encima de todo. Humildemente, me propongo como sucesor de mi hermano, Amo de Driftmark y Señor de las mareas.
- Gracias, sir Vaemond.
Cuando fue el turno de la princesa Rhaenyra las puertas se abrieron y por ella entraron dos de los caballeros de capas blancas.
- El rey Viserys de la casa Targaryen, primero con el nombre, rey de los Ándalos y de los Rhoynar y de los primeros hombres, señor de los Siete Reinos y protector del reino- anunció un caballero para darle paso al rey.
Mi primer pensamiento fue cruel, estaba tan asombrada como horrorizada de que aquel hombre siguiera vivo. Yo siempre había tenido claro que jamás me permitiría llegar a una situación así, algún día, cuando ya estuviera cansada y hubiera vivido todo lo que había querido, iría con Raleigh a que me ayudara a terminar con mi vida. No esperaría a que me dieran la comida en la boca o me ayudaran a ir al baño, no esperaría a olvidar el nombre de mis más queridas personas. Si iba a morir, moriría con la frente en alto porque yo así lo había querido. Pero por un segundo esa certeza que tenía de mi vejez se vio cegada por el hombre que avanzaba al trono con un bastón. Éstaba sufriendo, era claro, pero había acudido a su familia a cumplir su deber para con ellos. Era admirable, algo que jamás olvidaría.
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Blacksun | House Of The Dragon (En Edición)
FanfictionLos Targaryen dominaron todo Poniente bajo la idea de ser los últimos jinetes de dragón. En su ignorancia creían, al igual que los Velaryon y los Celtigar, ser los últimos vástagos con vida de la Antigua Valyria. No lo eran. De hecho, nunca lo fuer...