Capítulo 57

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Troyan

Vi el sol ocultarse desde las colinas con Rocío a mi lado. Estábamos presenciando uno de los últimos atardeceres del invierno, pronto el sol se ocultaría y no saldría en muchos meses.

Rocío, hoy nos enfrentamos a seres con los que nunca hemos peleado.

Es sólo una pelea más.

No, Ro, tendremos que pelear contra dragones y criaturas malignas controlándolos. No debes tener misericordia contra ellos.

¿Cuándo he tenido misericordia contra quienes tratan de hacerte daño?

Acaricié su hocico y ambas giramos ante la figura que se acercaba.

- Sabía que te encontraría aquí- Cregan me dio un beso en la cien y tomó mi mano-. ¿Sabes? Nunca he podido ver un atardecer, ni siquiera el sol, sin poder pensar en ti.

Sonreí sin querer, pero me mantuve en silencio.

- Dime algo, mi amor.

- No puedo. Siento que si abro la boca voy a terminar gritando lo asustada que estoy de lo que viene.

- Está bien temer- me tranquilizó-, todos tenemos miedo.

- ¿Crees que hicimos todo lo que pudimos?

- Sí, mi vida- afirmó convencido-. Hicimos todo a nuestro alcance para unir a toda esta gente, para mantenerla alimentada, abrigada. Hicimos lo más difícil que fue mandar a los niños lejos.

- ¿Crees que eso fue lo más difícil?

- Ya para este punto sólo queda pelear. Pelear es fácil cuando sabes lo que haces, y no es por presumir ni mucho menos, pero no por nada tenemos la reputación de ser la mejor pareja de guerreros en los siete reinos.

- Daryan y Aemond nos están pisando los talones.

- Todavía les queda camino- dijo sacudiendo la mano para restarle importancia.

Yo suspiré y Cregan se colocó frente a mí, sus ojos grises analizaban cada parte de mi rostro con una atención profunda. Me agarró de la cintura y me pegó a él mientras sonreía de lado.

- Deberíamos casarnos otra vez- soltó de repente a lo que yo me eché a reír.

- ¿Una vez no fue suficiente?

- Fue hace más de quince años- me recordó dejando un mechón de pelo detrás de mi oreja-. Además, si por mí fuera me casaría contigo todos los días.

Lo miré con dulzura y rodeé su cuello con mis brazos.

- Vengaremos a nuestra pequeña esta noche y después volveremos a casarnos- le prometí.

- ¿Dos bodas otra vez?

- Claramente- sonreí antes de besarlo.

Deseé quedarme en aquella colina para siempre, sin consejos de guerra, ni bandos, ni luto, ni nada más que nosotros. Pero había una pequeña chispa encendida en mi pecho que clamaba la cabeza del responsable de la muerte de mi hija, una chispa imposible de apagar y con un inevitable desenlace.

Cregan y yo nos pusimos nuestras armaduras mientras discutíamos las estrategias establecidas y nos sugeríamos planes de respaldo el uno al otro. Ninguno podía disimular los nervios ante la idea de que él pelearía en tierra y yo con Rocío, a cientos de metros de altura de él. Ambos escenarios tenían sus ventajas y desventajas, pero lo que más nos afectaba era la idea de que no estaríamos juntos, de que ninguno podría hacer nada por el otro mientras hubiera aquella distancia. Sin embargo yo le recordé que en todo momento estaría con Daryan y Jace, así como él me repetía que estaría junto a Rickon, su lobo y lord Karstark.

Blacksun | House Of The Dragon (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora