Capítulo 25

672 71 8
                                    

Cuando llegamos a Dragonstone para la cena estuve más callada de lo normal por el cansancio, pero aún así me reí ante las bromas de Luke y los comentarios de Rhaena.

Eventualmente cada uno siguió su camino a su habitación y yo decidí ir a la biblioteca, pero alguien me seguía.

— No recuerdo la última vez que estuve en este castillo, pero estoy casi seguro que las habitaciones son para el otro lado.

— Voy a la biblioteca— informé.

— ¿Cuándo no?

— ¿Vienes conmigo?

— Alguien tiene que asegurarse que no te robes algún libro.

— Aquí el ladrón eres tú.

Daeron sonrió y yo le devolví el gesto sin decir nada más.

Durante las últimas semanas nos habíamos hecho bastante cercanos, pero todavía no tenía con él el nivel de confianza que había alcanzado con Jace, Luke o Joff; Troy me decía que era por la diferencia entre nuestras personalidades, ya que mientras que los Velaryon eran igual de enérgicos que yo, Daeron era una persona bastante tranquila y reservada, cosa que en la mayoría de los casos lo hacía quedar como alguien aburrido a mi parecer.

Esta noche deseaba una lectura ligera, pero que me entretuviera. Una recopilación de cuentos de los siete reinos estaría bien.

Me paseé por los estantes buscando el libro ideal y cuando lo encontré descubrí que estaba algo alto.

— Daeron, ¿me pasas la escalera, por favor?

Cuando se acercó yo estaba apunto de bajarlo por mí misma, pero no hubo necesidad. Él, con toda la facilidad que su estatura le permitía, bajó el libro y lo abrió.

— ¿Cuentos de niños, Daryan?— preguntó sin dejar de ojearlo.

Yo traté de arrebatárselo y él se movió con agilidad.

— Esto es lo que le leen a Maelor.

Rodé los ojos y volví a por el libro, pero esta vez Daeron lo levantó sobre su cabeza.

— Andas gracioso esta noche— comenté con cierto fastidio.

— ¿Qué me darás por hacerte el favor de bajarlo?— preguntó con media sonrisa.

— Yo no te pedí que lo bajaras— aclaré—, te pedí que me trajeras la escalera.

— Un favor es un favor— manifestó—. ¿Qué voy a recibir por mi esfuerzo?

¿Cuál esfuerzo? No le costó absolutamente nada.

— Te permitiré conservar tu fertilidad al no golpearte en las bolas.

Él se echó a reír y dio un paso hacia adelante permitiendo que la luz de la luna que se colaba por las ventanas iluminara mejor su rostro.

— Quiero otra cosa— expresó con voz profunda.

Daeron estaba bueno. Y no era algo que no hubiera sabido antes, pero había momentos en los que de verdad me daban ganas de saltarle encima y hacer con él cosas que hacía tiempo no hacía.

— ¿Qué sería?

Este era uno de esos momentos.

Bajó el libro al tiempo que daba otro paso hacia adelante y yo retrocedía, chocando de espaldas contra el estante de libros.

¡¿Qué está pasando aquí?!

Yo, Daryan Blacksun, hija de Daella y Aegar Blacksun, me encontraba completamente paralizada por un hombre.

Blacksun | House Of The Dragon (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora