Nos salimos de la zona más VIP que he visto en la vida.
Y eso porque Daniela así lo quiso, no soportó ver a David compartiendo su vida con Thalía. La vida según ella, según yo, unas risitas y ya.
Es que tampoco puedo juzgar nada en lo absoluto, soy solamente una inexperta en el amor que las pocas veces que se ha ilusionado con alguien, le han dejado como una estúpida.
Pero bueno, tampoco me quejo de lo genial que es esto.
La música es realmente buena y no niego que me he pasado un poquito de copas. Así que eso justifica que esté bailando en una esquina de la pista con una botella de agua en mi mano derecha y mi teléfono en la izquierda.
Probablemente estoy haciendo el ridículo pero desde el principio supe que no venía a ligarme a nadie y mantengo ese pensamiento hasta el final.
He perdido a Daniela de vista, pero la última vez que la ví me dijo que estaba bien. Y que iría al baño.
Dejo de bailar para acomodar el cierre de mi bota que se ha bajado, retiro el cabello de mi rostro y comienzo a buscar a Daniela.
Llegamos juntas y nos vamos juntas, es un claro hecho.
—¿Te puedo invitar a beber algo?
Mi espalda choca con el pecho de alguien más, me alejo y doy media vuelta para mirar al responsable de tremendo susto que me pegué. Me sonríe, carraspeo rascando mi frente.
Alto, rubio y guapísimo.
Sonrío.
—No, pero muchas gracias.
—Anda, solo una copa. —me insiste.— Nos vamos a divertir.
Retiro su mano cuando me intenta tocar, relame sus labios y suspiro retrocediendo un paso.
—No, muchas gracias. —repito con calma.— Me estás incomodando.
—Acéptame una copa y te juro que me voy. —insiste. Relamo mis labios.
—No quiero beber, gracias.
—Pero...
—¿No escuchaste que no?
Ágata se pone a mi lado tan de repente que apenas proceso lo que está pasando. Carraspeo y el tipo la mira de pies a cabeza antes de decir;
—¿Y tú quién te crees para interrumpir nuestra conversación? Lárgate.
—Quien se va a ir eres tú, amigo. —le dice a modo de advertencia.— No hagas que me arrepienta de dejarte ir.
—¿Tú dejarme ir a mí? —se ríe burlón.— Uy, que miedo.
Miro a todos lados intentando pedir ayuda mientras poco a poco, la gente comienza a darse cuenta de la pelea y deja de bailar para mirarlos.
Rasco mi frente buscando a alguien conocido. Pero nadie aparece.
¿Y dónde mierda se metió Daniela?
—¿Qué no entendiste que te largues? —guñe el idiota.— Esto es entre la puta y yo.
Pero...
¿Por qué me está llamando así?
Mi única reacción es lanzarle la botella de agua a la cabeza, él me mira cabreado y por instinto retrocedo un paso.
No lo pensé mejor.
—Puta tu abuela. —le digo molesta.— ¿Qué me ves? ¿Se te perdió algo?
Debería callarme. Debería.
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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanfictionNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.