8.

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El auto se detiene, Valentina quita los seguros de la puerta y le miro sin saber qué hacer. Ella me quita la carpeta.

—Espero que hayas estudiado lo suficiente.

—¿Puedo saber al menos por qué estoy haciendo esto?

—Porque van a pagarte. —resume.— Eso basta y sobra.

—¿Por lo menos me van a decir si esto es legal o no?

Suspira exasperada. Me mira.

—Muy legal. —recalca.— No te preocupes tanto, solo asegúrate de ser una buena actriz y de llenar a Ruggero de cariño y atenciones.

—¿Es la única vez que hago esto?

Se queda en silencio pero me mira fijamente.

Y eso basta y sobra para que cierre mi bonita boquita y me baje del auto antes de caminar hacia la entrada del lugar.

Es un lindo lugar, se nota desde afuera.

Ya estoy ansiosa por verlo por dentro.

Acomodo el escote de mi blusa asegurando que no se vea nada. Y mientras juego con mi cabello, escucho el carraspeo que me hace levantar la mirada.

Sonrío llevando mis manos a mi espalda.

—Fue lo más formal que encontré en el armario de Daniela. No me gusta lo formal.

—Buenas tardes para ti también, ¿Nunca saludas?

Abro la boca para decir algo pero la vuelvo a cerrar. Es cierto. Que maleducada que soy.

Papá ya estaría a mi lado diciéndome mil y un cosas de las que me voy a morir por irrespetuosa.

—Lo siento. —digo en lugar de excusarme.— No volverá a suceder.

—Deja de disculparte conmigo como si yo te diera las órdenes. —dice entre dientes. Arqueo una ceja.

—Pero lo haces.

Rueda los ojos y yo caigo en cuenta de que aquí no soy su asistente y sonrío.

—Perdón.

Se pone a mi lado justo cuando la rubia se detiene con nosotros. Me mira y después sonríe.

—Ya sabe que no tiene que decir nada, ¿Cierto?

Asiento, no puedo decirle a nadie que he visto y sé que Valentina es la folla-amiga de Ruggero. Tengo prohibido hacerlo.

Y no sé por qué pero me van a pagar así que mejor ni pregunto.

La atención de la rubia cae en el guapo chico que viene saliendo por el extenso pasillo. Sonríe.

—¡Mi amor!

Mi boca se abre con impresión.

¡¿Acaba de decirle mi amor?!

No entiendo nada.

Necesito un contexto de esto o me voy a desmayar.

Es mucha presión para mí. Y ni siquiera he desayunado, no merezco esto.

O sea sí merezco la paga pero necesito saber de qué se trata esto.

Me quedo teniendo un cortocircuito mientras Valentina abraza y besa al tipo con cariño. De inmediato miro a Ruggero que sonriente les mira.

No entiendo nada.

Ahora mismo, yo estaría a punto de explotar de celos.

Ya me dolió la cabeza.

TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora